27.12.11

Eso de instantes, momentos, segundos, suspiros, escenas cliches, siempre vos, siempre yo, siempre los dos. Desnudos, desgarrados, puros, acabo, acabemos juntos, no aguanto más. Y no escondernos, no perdernos, encontrarnos, vernos, mirarnos, inspeccionarnos de arriba a abajo de izquierda a derecha, oraciones largas sin comas vos y yo respirando al mismo ritmo qué dulces que somos. A veces sí, a veces si, ayer sí, hace una semana sí, allá lejos, cerca de los colectivos de una hora y media, dos horas de viaje, llegar a vos, aunque ya estaba con vos, llegar a vos, desvestirte, sí, vos y el sillón. Si, qué triste ser la película de fondo, o qué lindo ser la película que acompaña, la excusa, la excusa de ir a tu casa, de invitarme a ver una película. La excusa de acompañarte, de no dejarte sola, vení, te doy un beso, qué linda que sos, te lo digo treinta veces, me tengo que callar, lo sé, siempre me tengo que callar, pero no puedo, ni me conocés y no puedo callarme, es que estás acá estás ahí tan perfecta que asusta, tan desnuda, y acá, tan desnuda que no estás que no queda ni tu ropa ni nada de vos, que no queda nada pero nada de vos. Llamados de madrugada, en silencio, modo silencioso, llamados de madrugada que no se hacen, que solo se piensan, y escuchar tu voz, me gustaba oírte hablar.  Igual es todo patético y estúpido, infantil, versero, que diga todo esto cuando fue sólo un momento. Un segundo de vos, ni un dia. Ni un puto día entero, 24 horas, qué importa, no importa, ves, no importa, es más, fue más, fue más que un día, fue una vida, fue una madrugada de eternidad, acá, en la retina, en el cuerpo, en la piel, en mis dedos. En mi. En mi. En mi. Buscarte, esperarte, qué hago, desnudarte ya no puedo, mirarte , espero, pronto, alcanzarte. La puta madre. Dónde, cuándo. Vení, vení de nuevo, invitame de nuevo, ayudame a desestructurrme el alma, sigamos, ayudame a seguir mirando más allá, la intemperie  no da miedo, no, no da miedo, terror, no. Nada, nada, qué eso, qué es el miedo, el miedo de no verte más, la firme convicción de que no voy a verte más, y la firme convicción de que no me vas a llamar, no me vas a buscar, la estúpida optimista firme convicción de que a vos no te pasó nada pero nada pero nada pero nada de esto. o si, un poquito, un poquito, chiquito, sino no estaría diciéndote esto,  esperanzas, creer, creer, o mentirme, mentirme, y seguir mintiéndome.

24.12.11

y tenes marca personal,
y evito mirarte.

claro, no puedo
tus piernas ahí
acá,
no me llaman,
no dicen mi nombre
pero quiero ir,
tu lengua, los tatuajes,
mi boca dibujando poesía,
o la tuya,
como vos decís.

de acá para allá,
para, tomemos algo,
paro ,
no entendí la letra.

vos, sin conclusión
y este gil,
alejados,
pero sos tan así,
tan, tu nombre.

yo no creo en la poesía
de los nombres
pero nuestras lenguas, tal vez,
sí.
te imito a rimar.



--
tus piernas, la obviedad, los tatuajes, cierro, bloqueo los ojos, ¿mi paraiso?. el colectivo se mueve, o mi mano se mueve de más, y la letra se desdibuja, lineas médicas inentendibles, querer, tus piernas, pero se van, se escapan, y yo sin acurrucarme. eso, letra inentendible, y así no hay amores e instantes que se recuerden, y tal vez, mejor, porque no existen. para qué mentirnos.

11.12.11

Hoy me voy a encontrar desbaratando los sueños que me carcomen cada vez que pierdo. Me pierdo. Hoy voy a reírme después del llanto, reírme del miedo, reírme y saber que nada tiene sentido.
Fluye el aire en mi boca, en mis manos, en mi piel, agradecer y sonreír.

Y seguir insistiendo en que nada sé y nada quiero saber, en que no es importante morir ya, total mañana me va a tocar. Mañana te va a tocar.
Y seguir insistiendo que nada importa, que nada real puede ser amenazado, como dicen los hermosos por ahí.

Amar tu indiferencia, amar mi odio, amar tu odio, amar la nada, amar todo, amar.

Buscar, seguir encontrándome. Seguir buscándome, seguir encontrándome, seguir, seguir y sembrar.

7.12.11

Patriotas. Queridos patriotas. Hermanos patriotas.
Nacionalismo inocuo. Manipulador, historias inventadas, sentirse identificado, no con personas, no con almas, con actitudes acostumbradas en base a una bandera, a un color. Hoy juega la selección, hoy hablamos en plural, jugamos nosotros. Quién juega, vos no jugás, yo no juego. Nacionalismo barato, por qué somos más importantes vos y yo como compatriotas que los que izan banderas de otro color?

Ganar, vencer, triunfar. En las guerras se triunfa, alguien sale vencedor, el otro derrotado, algunos se rinden. Y los muertos, y los que mueren y los que matás, y los que matan, los que mañana se convierten en héroes que en realidad no quieren ser héroes y quieren solamente amar a sus hijos, a sus familias. Y los muertos que mataste por defender tus colores para que no te maten a vos, para que no maten a los tuyos, por costumbres, idiosincrasias, banderas.

Y vos de qué color sos, qué bandera defendés, dónde naciste, diferenciarnos, diferenciarnos para no encontrarnos, para no sentirnos encontrados en las diferencias, diferenciarnos para odiarnos, criticarnos, pelearnos.

Enfermedad, nacionalismo puro, compatriotas, hermanos, los de afuera son de palo, ellos son el mal, nosotros somos el bien. Mal, bien, maldad, bondad. Bipartidismo político, vos o yo sos o soy nacionalista puro que defiende intereses de grandes empresas nacionales, vos o yo sos o soy nacionalista de primera monta que no defiende intereses ni de empresas nacionales ni internacionales. Defender el ataque enemigo, el terror, el desamor, el mundo que va a explotar porque todos boicotean contra nosotros. Nos quieren coger pero no nos vamos a dejar coger, cómo, no lo sé, combatiendo el capital, combatiendo el pensamiento distinto, combatiendo, combatiendo, combatiendo.

Y todo el mundo habla de lo nacional, de tu nacionalidad, de nacionalidades, de extranjeros, y quién carajo sos vos, o no te das cuenta que sos un extranjero más en el propio mundo. Mundo sin nacionalidad, mundo sin naciones, sin estados, sin culturas inventadas, sin costumbres que te hagan pertenecer para no estar solo, estás solo, nacés solo, morís solo, trasmutás, de la noluz a la luz, y otra vez a la noluz para volver a la luz, acompañado también, pero sin nacionalidades, sin banderas, sin colores, sin mierda inventada, sin liturgias controladas, manipuladas, creadas durante tantos meses de historia, puro desamor.

¿Hasta cuándo vas a mentirte? Compañero, camarada, compatriota.

25.11.11

josefina

Y Josefina intentaba no llenarme de humo el cuarto.
La primera vez, vergonzosa, me pidió que salgamos que tenía ganas de fumar.
- Si querés fumar podés hacerlo acá
- No, en serio, salgamos
- Pero querés salir y fumar o querés salir para fumar.
- Necesito fumar en realidad.
- No seas boluda, está todo bien.
Ir a la búsqueda de un cenicero en una casa donde nadie fuma significa encontrar el tesoro de un árbol especial en un lugar donde hay muchos pero muchos árboles similares, o algo así. Además, con la leve diferencia de que se puede cambiar toda la perspectiva que se tiene desde la infancia. Tal vez alguno de los adornos de la mesita del living, tal vez alguno de esos que cuando era chico tiraba al suelo cada dos por tres, uno al que nunca le haya encontrado una utilidad más que la de controlar mis movimientos para no tirarlo al suelo. De solo pensar en tener que ponerme el pantalón para ir a buscar algo que se asemeje o sea un cenicero encubierto, más lo que significaba una búsqueda del tesoro para cambiar un paradigma de utilidades de adornos de mi niñez, me daba pereza. Levantarse, vestirse, para qué, sí acá estamos bien.
- Tomá
- Pero es una taza
- Sí
- No, dale, vamos afuera.
- Vos querés fumar, acá no hay ceniceros, tomá.
- Pero no seas boludo,
- Se lava, no es difícil. Como si nunca en tu vida hubieses usado un no cenicero.
- Pero es tu casa, y no da.
- No jodás Josefina.
Pero creí que estábamos bien. Ahí acostados, acá viendo el ventilador correr. Creí que era una comodidad que nadie debería romper. Pero ella no creyó lo mismo, o tal vez sí, se levantó. Ya no había una sábana tapando parte de su cuerpo, ya no estaba esa imagen trillada. Ahora estaba ella sentada al lado de la ventana, con una pierna levantada, su mentón sobre la rodilla.
A lo largo del tiempo, desde el quinto cigarrillo que se prendió, o el sexto o el séptimo o alguno de los que entraron en la cuenta perdida, desde algún momento que no recuerdo el momento exacto, el humo dejó de ser en mi vida algo sólo causaba el fuego de destrucción y los autos. Por momentos me divertía viendo el humo salir de su nariz, me divertía cuando me miraba y al humo lo sacaba por su fosa nasal izquierda, algo que hasta el momento nunca vi que alguien más lo haga. A veces por la derecha, pero la mayoría por la izquierda. Cuando no se quedaba callada, me gustaba contar entre que pitada y pitada le cambiaba la voz. Por segundos o por minutos dependiendo las pitadas. Si fumaba rápido, si estaba apurada, entre la quinta y la octava. Si fumaba lento, la voz ligeramente cambiada le duraba más, entre la sexta y la décimo primera. A veces se quemaba los dedos, no sé cómo, pero se quemaba los dedos y no se quejaba. Al contrario, nunca lo hablamos, pero creo que lo hacía porque le gustaba sentir esa especie de ardor en las yemas.
A veces fumaba mucho, a veces poco. Dependiendo sus ganas, su sueño, la hora del día, el calor o el frío, se sentaba al lado de la ventana. Algo que siempre me generó una especie de ternura es que se acercara a la ventana para no llenarme de humo el cuarto. Un par de veces, se sentaba en el suelo, o se acomodaba un poco en la almohada, cuando hacía frío más que nada. Por algún motivo que desconocía y nunca quise saber, y mejor así tal vez, siempre con timidez preguntaba si podía fumar. Nunca de “sopetón”, si me veía con toz preguntaba dos veces, si hacía frío y sin poder tener abierta la ventana también preguntaba más de una vez.
Un día quise comprarle un cenicero, no sabía dónde porque nunca había comprado uno, porque nunca me pregunté dónde comprarlos. Me terminé acercando a uno de esos supermercados enormes, los que tienen desde el lápiz labial más chiquito hasta televisores que ya no son más televisores para ser simples pantallas planas y largas. Después de tanto buscar, en esa especie de incertidumbre que generan los lugares así, mundos adentro del propio mundo, esos lugares que generan una especie de paranoia y a la vez satisfacción, claustrofobia y a la vez curiosidad por recorrerlos por ser tan grandes, en esos lugares que nunca pero nunca te acordás de dónde estaba tal cosa, encontré ceniceros. Muchos, la mayoría todos iguales.
Pero algo, algo me hizo cerrar los ojos, ver una ventana en medio de esos pasillos infinitos y la vi. Josefina sentada al lado de la ventana, con una pierna levantada y el mentón apoyada sobre la rodilla. Y una taza. Entrar con intención de comprar un cenicero, estar perdido y cuando me encuentro, salir sin haber comprado nada.
Al final, cuando no había taza, y tampoco había temor de romper la comodidad levantándome, incursionaba en la mesita del living. En particular hay dos objetos que antes cuidaba de no tirar, que empezaron a servir como ceniceros. Y ese paradigma que no quería romper la primera vez por comodidad, cambió la perspectiva de la mesita del living y sus componentes. Pasar del no tener que correr o del tener cuidado para no romperlos y quebar la percepción de living familiar, a cuidarlos para ponerlos bajo su mano derecha.

11.11.11

la plegaria no es receta,
los días no se calculan

detonaciones, desamor
está lleno de colores
hay mucha luz

los ojos no se dilaten.
las pupilas piden cerrarse.



y acá
sacando sacando la mierda
y salpicándote.

perdón.
no quería que huelas así.

10.11.11

por qué no quiero terminar de leer libros.
porque cuando los termino tengo que empezar a vivir.

5.11.11

Hay una especie de amor, hay una especie de profecía.

Hablamos de amor. Hablamos de caminos. Hablamos de respeto.

Pero.

¿Sabemos qué es el amor? ¿Vos lo sabés? Vos que me criticas y decís que yo no sé lo que es el amor, ¿vos sabés qué es el amor? ¿Realmente sabés lo que es el amor? Yo no sé, por eso te pregunto, antes de decirte que no lo sabés.

Me hablás de pureza, pero tenés tanta mierda como yo.

Me tengo que sacar la careta, me tengo que desvestir, pero vos también te tenés que desnudar. Vos también tenés que dejar de profesar el odio que no ves.

Me hablás de dios, me hablas de amor incondicional por el prójimo, pero si el prójimo no se parece a vos, si el prójimo no es como vos, lo ves con ojos carentes de respeto, lo ves con lástima, lo ves pensando que el otro la está pifiando, lo ves desde arriba, y le querés dar tu mano, para ponerlo en tu mismo nivel porque es eso, te pensás, te sentís en otro nivel. Creés que esa altura donde estás es la mejor del mundo, y crees que todos deberían estar ahí. Y por eso, te sentís bien con tu vida si les extendés una mano para que se pongan al lado. Y es tan hipócrita tu accionar.

¿Quién es mejor que vos? ¿Quién es peor que vos? Nadie, todos, todos somos mejores, todos somos peores. TODOS SOMOS LO MISMO. Todos cagamos, tenemos formas distintas, costumbres, maneras, pero todos cagamos y todos tenemos que cagar. Y ahí, mientras cagamos, somos iguales. Tu mierda huele como la mía. No te creas mejor que nadie. Me tiene harto tu palabra, me tiene harto tu reacción, me tiene harto tu supuesto camino de paz y amor, si no admitís la mierda que profesás.

Me hablás de religión. Y yo ya no te quiero hablar más de eso. La religión mata, la religión discrimina, la religión se cree superior, vos te creés superior. Supuesta divinidad. Supuestos elegidos, elegidos para elegir, elegidos para decir qué si y qué no. Elegidos para dejar vivir. ¿Pero quién carajo te creés que sos para tener LA verdad de la vida? Dejame vivir, dejate vivir, deja vivir al mundo. Basta de biblias, basta de profesar palabras que nos hacen inventar supuestas paz.

Ok. Estás en otro lugar, ahora estás cerca de otra vida, de otro mundo y escuchás la palabra de alguien esencial. Estás en otro plano, entonces ándate, ¿por qué tenés que poner tu mano para que te acompañen? El ser humano es sociabilidad. Ok. Entonces respetame, respetate. Respetá al el resto, respetá tanto a quienes cagan a la misma hora que vos, como los que cagan en otro momento del día.
Respeto.
Respeto.
¿Quién mierda sos para decir cómo hay que vivir?

Es lo mismo que estoy haciendo acá, con la única diferencia que yo no quiero imponerte mi palabra por sobre la tuya, yo no quiero decir “lo que pensás es una mierda, yo tengo la posta, vení que te doy mi bendición”. ¿Quién soy para bendecir a alguien?, no soy ni más, ni menos que vos. Trato de ser yo
¿Por qué no dejarme ser yo? ¿Por qué no dejarte ser vos? Sin hipocresía. Aunque tal vez creas que no es hipócrita tu vida y pienses que las religiones antiguas, pasadas, actuales y futuras son la posta, son la salvación. Pero mientras me estés odiando, mientras me estés puteando por Ser Algo Distinto A Vos, mientras me estés criticando por cómo cago, vos no estás amando. Tu maldito discurso se acaba, se cae por si solo.

Amá y dejate de joder con el mundo, si realmente querés amor y nada más que eso, respetá.

Si alguien quiere matar a otro, ¿qué te importa? ¿Qué sabés si para él esa no es su solución, su camino divino? ¿Quién sos vos para decir que está equivocado alguien que decide matar? Si tanto amás, si tanto respetás, RESPETÁ, y que cada uno haga lo que quiera como pueda. Si querés hacer algo, no quieras lavar cabezas, lavar almas, dejalos vivir, dejá que huelan su propia mierda. Si vos te pudriste de oler la tuya, no los lleves con vos, dejá que ellos también se pudran por sí solos. Acordate, no sos ni más ni menos que yo para oler mi mierda y que no me dejes oler la tuya. Si vos olés la mía, voy a oler la tuya.

Basta de hablar de crucifijos que te dicen lo que está bien y lo que está mal, porque está bien lo que vos decís pero no está mal lo que vos hacés. Porqué está bien que quieras darle tu mano a alguien, pero está mal si otro quiere darsela. El bien. El mal. ¿Pero quién mierda somos para determinar eso?

Hoy le rezamos al señor y hacemos una gran y hermosa acción del día, creyendo que nos estamos salvando, que vamos a ir al cielo, pero después, después nos olvidamos de todas nuestras otras acciones que no son ni grandes ni hermosas, total nuestros pecados son perdonados. Total, eso, son pecados que mañana nos van a perdonar. No tienen importancia. Que te cague a trompadas por ser diferente, no importa, total mañana estoy perdonado. Que critique tus asesinatos pero no diga nada de los propios, que hable de tus crímenes pero me calle ante los míos, no importa, total mañana voy a ser perdonado. Además, lo más importante: tus crímenes son enfermos, son impuros. Los míos, son naturales, ley divina, ley que me baja de algún lado, los míos no son asesinatos, son bendiciones.

Basta. ¿Cuántos siglos más vamos a vivir sin aceptar que cagamos todos por igual?

Yo voy a buscar lo que a mi me haga bien. Vos buscá lo que a vos te haga bien. Dejá que el mundo busque lo que al mundo le haga bien.

Tanto que hablo de respeto, todo esto que estoy diciendo ahora no debería decírtelo, porque si respeto tu decisión de vivir así, debería callarme. El problema es que tu forma de vivir, a mi me afecta. Me afecta tu hipocresía. Me afecta que no aceptes tu horrible doble discurso, la diferencia de tu accionar con tus dichos. Mirá, yo sí estoy aceptándo esto, me estoy contradiciendo y a la vez reflexionando al respecto, estoy demostrando mi doble discurso. VOS, ¿VOS LO HACÉS? ¿VOS HABLÁS DE TU DOBLE DISCURSO? ¿VOS SENTÍS TU DOBLE DISCURSO?

Tu hipócrita forma de vivir me afecta. De la misma forma que mi hipócrita forma de vivir afecta a otros. Todos nos afectamos. Todos de alguna forma, unidos, nos afectamos. Mientras hablás de amor y no aceptás que también llenás de mierda al mundo, sos pura hipocresía. Como yo. La diferencia es que yo no te quiero bendecir.

¿Qué bendición me podés dar si tu mierda huele como la mía?

Yo quiero amor, no quiero más hipocresías. Pero estoy lleno de odio, con el que combato diariamente. Yo no soy feliz así, por eso trato de cambiar. No quiero que nadie sea como yo, porque yo soy hipócrita. Vos no aceptás tu odio, y te sentís con más amor que yo. Si sos feliz así, buenísimo, pero no quieras que todo el mundo sea como vos, porque todos van a ser hipócritas que no aceptan que lo son, como lo hacés vos.

30.10.11

Hay que dejar de nombrarte, hay que dejar de hablar de vos. Ya todo el mundo te conoce menos yo. Ya todos me preguntan por vos, y vos no lo sabés. Y vos no creaste todo esto. Pero todo el mundo pregunta por vos, y yo no sé qué decir, cómo, ni cuándo será, atraso el reloj, atraso las horas para que mañana tarde en llegar, pero llega, siempre llega, y acá, ahora, no, no estás, no. Y mañana tampoco.
Des des des. Desmaterializarse, desenmascararse, desnudarse, desinmacular, desenredarse de toda la mierda que lleva uno, desenterrarse uno mismo y salir, ¿para volver a construirse? ¿vestirse? No sé, lo que importa es sacar, es el des. Lo que importa es desnudarse de todos los resabios que nos carcomen la cabeza, que un día pensamos que nos hacían bien pero en realidad un día nos descubrimos llorando en la oscuridad por eso que pensábamos que nos hacía bien. Y entonces, entonces la nada, el miedo, el terror, la nada la oscuridad y agazapados llenos de miedo, y no dejamos de llorar, y unos críos mirando la nada porque no hay nada para ver. pero no está mal, es mejor eso, la nada, que el todo mentiroso, el todo que nos daña, es mejor la nada que algo que nos ayuda a mentir la sonrisa. Qué mierdas que son las sonrisas mentirosas, qué mierdas que son las miradas sin amor, con odio, con bronca. Es mejor una mirada sin nada, antes que una mirada de envidia. Y ese camino, des des des, deshumanizarse, desacostumbrarse, desdramatizar, descubrir, desnudarse, desnudarse, a vos que tanto te gusta esa palabra, como a mí, desnudarse, desnudarse, desnudarse. El miedo es bienvenido, el miedo es bienvenido porque no existe, mentira, sí existe, pero es falso. Mentira, sabemos que es real. Sabemos cuán real es el miedo, es palpable, late, lo sentimos, lo olemos, nos abraza, nos envuelve, nos atrapa, nos calla, nos habla, nos mira, el miedo nos enseña, el miedo nos vuelve cuadrados, ciegos, el miedo nos cohibe, el miedo nos priva, el miedo nos hace desnudar, nos llena de ropa falsa, nos llena de piel, de huesos fuertes, nos disloca los huesos, el miedo nos hace respirar, el miedo nos hace no querer más, el miedo es real, el miedo es tan falso como los alienígenas, el miedo viene de otro planeta, el miedo vive con nosotros, nace con nosotros, nos implantan el miedo, nos llenan de miedo, nos crean miedos, los miedos nos inventan, el miedo es el huevo, el miedo es la gallina, el miedo no nos deja mirar sin pensar, el miedo nos hace pensar, el miedo no nos deja pensar, el miedo nos hace libres, el miedo nos hace dependientes, el miedo nos hace creer que todo está mal, el miedo nos hace creer que todo está bien y es hermoso, el miedo nos hace quedar, el miedo nos hace dormir, el miedo nos hace avanzar, el miedo nos estanca, está bueno cuando el miedo nos hace crear, avanzar, crecer, el miedo nos madura, nosotros maduramos al miedo, el miedo es una mierda, el miedo es una mierda y yo estoy cagado de miedo. Y el miedo no existe, y el miedo existe, el miedo es real, el miedo es mi ayer, es mi hoy, no va a ser mi mañana, voy a encontrarme antes que el miedo, el miedo no vence, el miedo apabulla, vence, mata, vive, el miedo no me mata, el miedo ya me mató, el miedo ya me mató muchas veces, el miedo me hizo nacer mil veces más, el miedo respira conmigo, al miedo yo lo respiro, el miedo siente, yo siento como el miedo, el miedo me hace sentir, yo siento más que el miedo. El miedo es real. El miedo es una mierda, el miedo es una mierda, el miedo no está en ningún lado, el miedo está a la vuelta de la almohada, el miedo me hace llorar, el miedo me hace reír, el miedo me carcome las neuronas, el miedo me hace latir, el miedo me hace gemir, el miedo no me deja gritar, el miedo no me deja tocar, el miedo toca, el miedo nos toca, el miedo me toca, yo toco al miedo, yo te toco con miedo, te cojo con miedo, el miedo me coje antes que vos, el miedo coje con vos, el miedo duerme a mi lado, el miedo se despierta antes que yo, el miedo está en todos lados, el miedo vino en los genes, el miedo es un gen, el miedo es la sangre, el miedo es lo que miro todos los días, al miedo lo vivo todos los días, el miedo vivió por mi toda mi vida, el miedo vivió mejor que yo, yo voy a vivir mejor que el miedo, yo voy a sentir más que el miedo, el miedo es una poronga, todos sabemos que el miedo es el mejor amigo del hombre, todos sabemos que el miedo no existe, todos sabemos que llenamos de miedos a todo el mundo, todos sabemos que nos llenan de miedo, todos tenemos miedo, todos somos miedo, todos generamos miedo, todos somos amor y nadie es miedo, no hay miedo, no existe el miedo, el miedo es una mierda, el miedo existe y es una mierda, el miedo es digno, el miedo es un amante, el miedo cocina mejor que yo, el miedo hace mejor que yo, el miedo es una mierda, el miedo me hace morder los ojos, el mierdo me hace cerrar los dientes, el miedo me hace quemar la lengua, el miedo me quema las encías, el miedo me destruye los dedos, el miedo me hace transpirar, transpiro miedo, huelo miedo, huelo a miedo, huelo a miedo, huelo a miedo, el miedo se está yendo de mi, el miedo está cada vez más instalado en mi, el miedo está cada vez más profundo en mí, yo soy miedo, yo no soy miedo, el miedo soy yo, yo soy más que le miedo, yo no soy miedo, yo no soy miedo, yo no tengo miedo, yo estoy cagado de miedo. el miedo está en la mente, el miedo está en todos lados, el miedo son varices, el miedo son tetas, el miedo son sonrisas distorsionadas, el miedo son casas destruídas, el miedo son murallas hermosas en medio de las realidades, el miedo es realidad, el miedo es fantasía, el miedo es una garcha, el miedo es una mierda, el miedo me hace llorar, el miedo me hizo llorar, el miedo me tiene podrido, basta de miedo, basta, basta, basta, basta. Miedo andate a la puta que te parió, miedo y la concha de la lora. Miedo basta, miedo hoy te enfrento, miedo hoy me ganas, miedo hoy te gano, miedo yo voy a poder, miedo sos un hijo de puta, miedo soy más hijo de puta que vos, miedo soy hermoso, miedo sos hermoso, miedo sos más hermoso que ella, ella es más hermosa que el miedo, miedo sos más lindo que él, él es más hermoso que el miedo, miedo sos un parto, parimos miedo, parimos mierda, parimos sangre, parimos hijos, parimos miedo, parimos miedo, el miedo nos parió, miedo andate a la puta que te parió, miedo nunca más, miedo me vas a acompañar siempre, miedo acá te abandono, miedo soy más que vos, miedo sos más que yo. Miedo no me calles, miedo hablame, dejame hablar, miedo te escucho, no te escucho nunca más, miedo duele, el miedo duele y mucho, el miedo duele más que cualquier inyección, el miedo es más fuerte que cualquier dolor, el miedo es más fuerte que el desamor, miedo sos desamor, el miedo es amor roto, el miedo es amor no correspondido, el miedo es amor correspondido, miedo sos pareja, el miedo es amor, miedo no sos amor, no te odio miedo, te odio con todo mi corazón miedo, no, no te odio miedo, gracias por hacerme así, miedo ya está, acá te dejo, miedo no te quiero nunca más, miedo no me enfermes, no me voy a enfermar, no me vas a enfermar, no me vas a construir nunca más, miedo mirá estoy desnudo, miedo la puta que te parió, basta miedo, soy más fuerte que vos, soy más que vos, soy más, soy más, soy más hermoso que vos miedo, soy más mierda que vos, y te abandono miedo, miedo me hiciste madurar, miedo me hiciste un bebe, miedo me hiciste un ser insignificante, miedo me hiciste grandioso, miedo me hiciste ser un hijo de puta, miedo sos más hijo de puta que yo, miedo, miedo, miedo, miedo, basta de miedo, enfermo, basta de ser enfermo, basta, basta de desamor, basta de creer en los encuentros falsos, basta de creer que te supero miedo, basta de creer que soy más fuerte que vos, BASTA DE CREER QUE SOS MÁS FUERTE QUE YO, BASTA MIEDO, EL MIEDO ESTÁ EN LA MENTE, basta miedo, basta, basta, basta de ser infierno miedo, basta de que seas el peor de todos mis infiernos, miedo sos mi guía, sos mi guía espiritual, basta miedo de atacarme, basta de respetarte, miedo sos respeto, miedo no sos nada, miedo fuiste todo, miedo me tenés podrido, miedo me pudriste, miedo me pudriste los organos, el alma, la vida, la sonrisa, miedo me hiciste llorar las lagrimas más feas, las más horribles, las más lindas, miedo me hiciste reír, me hiciste reír como nadie, basta miedo, no sos más, no sos menos que yo, el miedo está en la mente y en ningún otro lugar, no, no. Hoy no, hoy si, hoy no, ayer si, ayer obvio que sí, mañana no quiero que estés en ningún lugar, hoy hoy hoy no, miedo me tenés cansado, me pudre, miedo me destruís, esta lucha me llena de miedo miedo, miedo estoy cagado de miedo, miedo te voy a destruir con tus propios miedos, me voy a destruir con mis propios miedos, miedos me voy a destruir todo, me voy a desvestir , me voy a desnudar, me voy a desangrar, me voy a descubrir, miedo te voy a desinmacular, miedo basta, no quiero más miedo, no quiero más miedo. Estoy cagado de miedo, no quiero más miedo.
Des des desenredar las palabras para alcanzarte. Qué estúpida forma esto de querer alcanzarte con palabras. Pero ahora no tengo otra, no hay recursos al alcance de mis manos, no tengo forma de mirarte a los ojos, tocarte y preguntarte al oído sin hablar, ni siquiera susurrar, cómo estás, y que me respondas con el silencio más limpio. Sólo me queda decirlo, suponiendo que te lo digo, y lo envuelvo, lo lleno de mentiritas, y mirá, soy estable, y yo puedo con y contra el mundo, y nada de esto me afecta. Pero sí me afecta, y no lo querés ver, porque si lo vieras ahí sí ni hola me dirías, ni me mirarías, ni oirías lo que tengo para decirte, y seguramente buscarías que sea alguien más trascendente para tu vida el que te diga todo esto, y no un simple loco trastornado que hoy quiere decirte que te extraña. Sí, alguien te extraña y ni te conoce, y no vamos a meternos en los significados y las raíces de esa palabra, porque no me importa, acá lo que importa es que te extraño. O que tal vez me quiero hacer creer que te extraño, y en realidad me miento a mí mismo. Tal vez sos tan intrascendental para mi, como yo para vos.
Pero te extraño, y te miro a los ojos cada vez que cierro los míos, aunque no sepan de qué color sean los tuyos, aunque no sean como avellanas, ni nunca te haya dedicado una canción, ni ahora, ni mañana, ni en veinte años cuando vivamos en el Tibet. Porque tampoco vamos a vivir en el Tibet, y tampoco vamos a durar veinte años. Porque el destino ya está escrito, y ni vos, ni yo, llegamos a la págína quinientos cuatro del libro del otro. Y tal vez vamos por la cuatrocientos treinta y queda poco para llegar a la quinientos cuatro, o tal vez vamos por la veinte, y nos queda toda una galaxia entera para compartirnos. Para respirarnos.
Y te extraño, y te miro a los ojos cada vez que sueño, aunque ni sepa cómo es tu olor, cómo son tus pestañas con nieve cayendo sobre y delante de ellas. Ni como te quedarían unas falsas, aunque me lo imagino, horrible, horrible te quedarían, porque yo te quiero así natural, o tal vez no, y te cambiaría el envase, y te diría que te pongas más tetas o te las saques, o no sé. Pero no importa nada más que tu piel, que aunque te suene estúpido la sentí. Y tal vez te da miedo, te asusta, y te alejás, dale, hacelo, yo soy esto, y siento que tu piel es eso, aunque tal vez nada ver, y tus lunares en realidad los imagino en otro lugar de donde están en realidad, porque no los conozco, porque en esto del destino tus lunares no se van a cruzar con los mios. Y no voy a saber nunca cuántos tenés. Una lástima, es hermoso contar lunares. Espero que algún día te descubra contando los míos, y me ría, y me ría tanto que el mundo explote de hermosura. Y explotemos todos. Pero que después volvamos a existir, así los seguís contando, y al tiempo sorprenderte porque me encontraste uno nuevo, y te olvidés de la cuenta total, para otro día volver a contarlos, así, hasta que recorras todo mi cuerpo contandolo. Y estemos en Estambul contando lunares.
Y eso. Eso. Hablando de lugares, vos te vas, te vas a recorrer el mundo, y esas ganas enormes por recorrer el mundo y la vida, y yo con ganas de recorrerte a vos, esa estúpida necesidad de recorrerte y conocerte, y no encontrarte nada nuevo, conocer todas tus ruinas, tus maravillas, conocer tus climas, tus paisajes, qué cursi suena esto. Pero no lo es, en absoluto. Porque si tengo esa necesidad de querer conocerte toda, cuando lo haga, cuando ya no haya nada para conocer en vos, qué voy a hacer. Por eso, no quiero recorrer el mundo, y a veces no quiero nunca recorrerte a vos. Y tal vez es mejor así, vos allá, por todos los allás, por todos tus acás, y yo acá, deícticos siempre diferentes, nunca los mismos.

19.10.11

Hay una especie de constante necesidad enferma, desprenderse de todos los prejuicios en lugares que a veces creemos que no son adecuados.
Toda esta vulnerabilidad de mi espalda al aire, mis piernas rozándote, para qué.
Qué es eso de no esperar a que vos me saques la ropa, y sí, decirte tomá, acá están mis piernas, esto soy yo, no hay nada más por conocer.
Por qué todo el tiempo:
Desnudar desnudar y desnudar, desnudarme de las dudas y los miedos que llevo en la vida, volverme seguridad y purificación de besos en almohadas, qué necesidad hay de sentirme vivo en cada caricia desconocida, si después me siento la persona más indefensa de todas.
Todos, damos intimidad, mostramos las mierdas más profundas sin miedo al rechazo, siempre en el mismo lugar, en la almohada mostramos las mierdas más intimas sin miedo. Pero siempre existe un después, por una cuestión pelotuda externa, hablar, tener que hablar, acordarse. Ventilar privacidad. Hay algo que la gente no entiende, hay algo que yo no entiendo a veces, si buscamos exhibicionismo vamos a desvestirnos en medio de la peatonal. Pero por algo en el cuarto, paredes, por algo esto de vos y yo. Por algo nadie más. Por algo vos conocés todas mis mierdas, mis miedos, por algo yo conozco toda tu inestabilidad. Decidimos mostrarnos así, reales sin miedo a sentir, sin miedo a vivir. Decidimos desnudarnos de la vida y estar ahí, mirándonos a los ojos, un simple amor. Que dura un minuto, un mes, un polvo o diez. Que dura una caricia eterna o tan solo quince segundos empezando desde ahora. Qué importa el tiempo, qué importa eso si lo único que existe es sentir la realidad. Lo real.
Pero eso nos endroga. Y queremos más, queremos más realidad, pureza, aunque dure tan solo diez segundos el nirvana, el no pensar, el no vivir por los demás. Vos y yo, nadie más.
Una droga a veces sana a veces mala que me hace sentir que todo el dolor del mundo se apaga en un beso, una droga que a veces logra callar la mente, y otras en una especie de defensa estúpida del ego se bombardea la cabeza hasta querer hacerla estallar, querer intentar alejarme del todo. Esos miedos mamados que no quieren que le sonría al sol.
Una droga, sana, mala. Como todas. Enferma.
Quién no está enfermo. Que lance la primera piedra, o sea el primero en sacarse la ropa.

14.9.11

I.

Prostituir cada centimetro del alma
promesas, falsos pasos a punto de dar
Falsas ganas de caminar.

Consejos de mentira,
Yo quiero una soga real
Con olor a amor,
Que me ates del cuello
De dónde sea,
Que tires con fuerza, o sin ella,
Cariño, caricia de voz.



IV.


Estoy harto de tanta chachara,
Verdades que no son tales,
Mentiras despiadas, vacias de amor.


XI.

un grito de libertad
unidad de sentidos
para que no me llenes de preguntas
pelotudas,
aunque son
las mismas que te hago yo,
lo admito.

pero eso,

un llanto de libertad,
basta de bla.
y basta de todo lo demás

9.9.11

varietéliteraria7/9matienzo2

Toda esta falsa pornografía que nos invade, noticias que muestran mentiras instaladas, usurpadores de ideas ya inventadas; programas que muestran violaciones a la dignidad humana, antes por lo menos nos alcanzaba el porno real. Yo ponía Venus y veía todo rayado, buscaba entender, no podía imaginar mucho, porque imaginar nunca fue mi fuerte. Cuando veía entre las rayitas de Venus veía lo lineal y lo simple, tal vez en realidad lustraban un zapato y yo pensaba que era la paja previa al coito; coito deformado que hoy en día se ve a toda hora, en cualquier canal, hasta en los canales de deportes, donde te distraen con cuerpos que corren detrás o con un objeto, que manejan autos (¿eso es deporte?), que compiten para que haya Un Ganador, y se lleve el premio mayor. Muchas veces ese premio mayor es mucha plata, con esa plata que manejan, con toda esa inmunda y pornográfica plata que circula en el deporte, ¿no podrían hacer cosas para de verdad llamarse Ganadores y no solo ser conocidos como los juguetes sexuales del codiciado sponsoreo? ”Decía, hay pornografía en la tele todo el tiempo, a toda hora, en cualquier canal. Y todos son voyeuristas, aunque les dé vergüenza admitirlo. Hasta los que sólo ven programas de cocina. Todavía me falta pasar varias horas haciendo zapping entre esos canales. Aunque tal vez no haga falta y crea que ya hay suficiente pornografía de la mala en cada receta que no hacen para gente celíaca. El otro día, estaba viendo uno de esos canales que cocinan al aire libre, y había dos animales que antes respiraban, que ahora estaban asándose en el fuego, eran jesuses estacados a punto de ser comidos. Y todo bien, a mi me gusta la milanesa, pero eso creo que también roza lo pornográfico, tal vez lo soft, o tal vez el hardcore para los defensores a ultranzas y evangelizadores del vegetarianismo. Antes no hacía falta ver estos canales para ver pornografía suave. Ponía The Film Zone, una especie de pornografía cálida, pornografía tierna podemos decir, creo que es la misma pornografía que intentan reflejar algunos, pero no les sale. Como las famosas telenovelas costumbristas de historias con ganchos tontos, el tío que se enamora de la sobrina que a su vez es amante del cura del pueblo que en realidad es el marido de azucena, o de maría, siempre hay una maría; o como las telenovelas de la tarde, esas para adolescentes que lloran todavía por sus primeros amores y que cada día explicitan más sus ganas de garchar. ¿Sinónimo de la sociedad? No sé, en mi sociedad escuchan música, no sólo se quiere garchar. O no todo el tiempo. Aunque, vamos, para qué mentir, a veces sí, sólo quiero garchar, apagar la tele, tirarla por la ventana, pero no puedo, no puedo no ver noticieros, no puedo no indignarme porque hacen una nota maravillosa sobre lo mal que maneja la gente, o ver como todas las notas están musicalizadas, ¿qué es eso de musicalizar el noticiero? Y está ese amigo, ese amigo fiel casi recibido como el mejor director de cámaras de las mejores películas que sí pasaría Venus, pero que pasan en el verano en plena tarde, en plena mañana, y en plena noche, en ese canal donde mostraron en vivo y repitieron mil veces como alguien se pegó un tiro en medio de la boca, y eso no es morbo, eso es ser chanchito y disfrutador del sexo con las más enfermas perversiones. El mismo canal que se hizo más popular en aquella época del furor de los secuestros, que pedían por el ocho, y por su cancioncita característica, aquel canal de “y un boliviano”, canal enemigo de “los cacos”, canal donde echaron a un agradable locutor porque no paraba de reírse de Enrique. Decía, ese amigo fiel, compañero de ruta, aquel buen periodista que hace un genial trabajo de cámaras, y unas notas jugosas a los culos de verano, con frases que intentan tener doble sentido, pero lo único que demuestran es que el hombre como hombre con pito, puede superarse cada vez más en pelotudismo. Ven, en Venus había hombres con pitos, pero por lo menos algunos tenían un libreto inteligente o no tan pelotudo, si burdo, pero no tan pelotudo… Lo único que quiero es pornografía de la buena, quiero que se deje de ver tanta falsa pornografía en todos esos canales a toda hora del día, que dicen ser la verdad y en realidad, no hay nada más irreal que tocar el power del televisor para ponerlos a ellos, falsos actores porno.

varietéliteraria7/9matienzo1

Giramos la mirada, prestamos los oídos
y empezamos a ser parte de sueños
que algún día esperamos alcanzar.

Crecemos pendiente de las imágenes,
construimos palabras, vestidos y acciones
en base a lo que esperamos ser

No digamos imponer,
pero nos llevan a creer que todo eso que está ahí
es necesario o descartable
Y lo que más nos hacen creer
es que el mundo no es mundo sin ellos ahí.

No es nada nuevo lo que estoy diciendo.

Hay mil teorías sobre esto.

Pero a su vez
hay ciertas vidas desconocidas
que lograron contarnos
que todo eso, es mentira.

Cuenta la historia
que había un Norcoreano
que se crió en un pueblito a unos kilómetros
de Massachusetts, y que se cree que desapareció
hace pocos años acá cerca, en Monserrat.

Hay un enigma en los últimos años de su vida,
Es el de su paradero.
La última vez que se lo vio, fue por ahí,
donde dije, en el barrio de Monserrat.

Lo que se sabe es que él iba dejando palabras escritas
a sus personas más cercanas.

Hace un tiempo que están intentando
recopilar todas sus tildes,
Y así reconstruir su historia
para encontrarlo.

Lo que yo puedo decir, es que
los dos últimos datos que se tienen
son los siguientes:

Un conocido de él, argentino,
de nombre reservado,
dice que la última vez que
la mano norcoreana le escribió algo
tenía dos oraciones.

Una decía
“Tacto perdido, sentidos atrofiados”.

La otra
“Cerrá los ojos”

Por lo que pude averiguar,
y lo que me explicó su conocido argentino,
en resumidas palabras, es que el norcoreano
decía que nuestros dedos acostumbrados
al zapping diario de cada día,
perdían de a poco el lujoso juego de acariciar pieles.

Cuerpos, brazos, piernas, panzas.

Me explicó su allegado, que el norcoreano tuvo la necesidad
Dde explicarle un poco lo que sentía
porque en ningún lado de eso que decimos controlar,
nos muestran lo que realmente está pasando, en ningún lado
nos remarcan, nos cuentan en voz baja, en secreto
O en mudo, que el tacto es otra cosa.

Cuenta la historia que el hombre
después de tanto tiempo de poner
el aparato en sleep antes de dormir
Decidió apagarla. Desconectarla.
Y sacarle las pilas al control remoto.

El último dato que los que se interesaron
en reconstruir su vida tienen,
es el de una señora de unos sesenta y dos años de edad
que dice que una vez hace poco más de veinticuatro meses atrás
tomó el té con una jovencita que aparentaba tener unos veintilargos diciembres.

Y que entre infusiones y bocaditos,
le contó la historia de un norcoreano
criado en Massachusetts, que estaba viviendo en Monserrat,
que un día decidió apagar el televisor y
compartir algunas noches con ella,
en la misma cama.

Lo que cuenta la señora mayor
que le contó la jovencita,
es que un día se sentaron juntos
en una plaza del barrio, a sentir el aire,
con la excusa de que el sol le enseñaba a respirar.

Dice la joven que el hombre
sacó una servilleta
y le escribió:
Basta de mundos desimaginarios.
Todo esto es real, mis dedos dejaron de vivir
el día que conocieron el zapping.
Pero mis dedos vuelven a nacer
Cada vez que recorro tu cuerpo.




Dicen que la historia del Norcoreano es tan falsa
como lo que están pasando en este momento
en los ochentaycincomil canales de aire y de cable
que nos intentan vender realidades distorsionadas.

Lo que también dicen
es que la historia del Norcoreano
nunca la van a pasar
en un horario central.

30.8.11

tu cara envuelta en desenlace.
hay coraje en tu espalda
y en mis manos armonía,

O viceversa, y al revés

hay armonía en tu espalda
y en mis manos coraje
acariciarte, desnudarme

Esto de no saber quiénes somos
Y confundirse constantemente.

Sí.

empezar a recorrer tu voz
con todo lo que me sobra
de ilusión, constante emoción

descreídos del tiempo
sufrimos tatuajes a oscuras,
cada tres años te dibujas
cada tres años te reinventas.

se eriza el mundo y el reloj titila,
no hay agua caliente, somos dos torpes
intentando prender un termotanque,
aunque todavía no sabemos si es calefón.

los años,
maravillosos los besos
las camas sin frío
el mundo respira en nosotros.

22.8.11

Nuestra obstinada misión de salvar al otro. Basta de querer salvar al mundo, si nosotros mismos estamos destruyéndonos.

Cómo caer en la falsa ilusión de creer que el mundo es perfecto y que todo está bien, que puedo mostrarte un mundo magnífico, si yo realmente no lo veo así. Cómo creer que puedo llenarte el mundo de colores, si acá sólo hay una especie de daltonismo sentimental, constante bipolaridad. Constantes segundos inestables, subibajas de madera vieja, deshecha y sin pintar. Árboles que dejaron de respirar.

Tantos meses, quinientos mil meses creyendo que me puedo salvar con vos, y es tan claro y obvio y probable que voy a seguir creyéndolo, esquivando el verdadero sentir, esquivando las no mentiras, con falsas ilusiones de creer que esos hermosos estallidos de paz van a ser por siempre así, de la nada, sin construcciones de materiales destruibles o descartables, lo mismo da. Un chasquido, y todo hermoso. Sin conocernos. Qué lindo es no conocernos del todo. Qué feo es conocernos del todo. Y tal vez algún día llegará el momento en el que sea lindo conocernos del todo.

No tengamos la creencia de creer que estamos para salvar al mundo, si nosotros mismos no nos estamos salvando. El mártir sin sentir. Decirlo más fácil no puedo.

Desnudarnos y llenar todas las áreas de los mundos que veamos, que queramos vivir, que inventemos vivir, que negemos vivir. Desnudarnos para llenarnos de luz, plena luz del día, plena luz de invierno en todas esas madrugadas perfectas de besos con olor a sueño, olor a vino, y mucho olor a nosotros dos. No vamos a salvar al mundo si sólo estamos pendientes de salvar al otro. La gratificante satisfacción de hacerle bien a alguien tiene que estar acompañada por la gratificante satisfacción de hacernos bien a nosotros mismos. No abandonarnos desnudos en medio del mar si no vamos a creer que podemos nadar. Un poco más reales con nuestros límites, hasta alcanzarlos y de ahí romperlos, abarcar todos los mundos desnudos vos y yo, ponele la coma donde quieras.

Nada de anteponernos, de anteponerte vos en mí, de anteponerme yo en vos. Nada de creer que somos más importantes que el resto del mundo, porque después en los partidos solidarios vs. el resto del mundo terminamos perdiendo por goleada. Y tu hermosa sonrisa acá, alegrando el despertar. Sí, pero si hoy no me sirve, si hoy no me lleva a donde quiero ir, no quiero faltarte ni faltarme el respeto. Vos tampoco lo hagas. Hacete bien a vos para hacerle bien a los demás mientras sobrevivís sin sufrir el recorrido del aire a lo largo de tu cuerpo.

Si yo me acerco a vos es porque quiero acercarme a los dos. Si yo te ayudo a vos, es porque quiero que nos ayudemos los dos. Es una cuestión de sentir el correr real de las caricias. Si yo me acerco a vos, es porque me estoy acercando a mí. Si yo me acerco a mí, me estoy acercando a vos. Y así vos, la misma forma, el mismo pensamiento, el mismo sentir. Creo, hoy, debería, ser, así.

Entonces,

No pienses que salvando al mundo te estás salvando a vos, si realmente no lo sentís así. Sentí la paz en vos, el alivio en tu cuerpo, en tu alma. Como se dice ñoñamente, sentilo en el corazón.

Mientras nos sigamos pisoteando a nosotros mismos, mientras sigamos meándonos sobre nuestras propias piernas, mientras sigamos esquivándonos y no aceptemos ni agradezcamos ni evolucionemos con lo que vinimos, el mundo que queramos habitar no va a dejar de ser una constante utopía de almohada y de manual.

13.8.11

Ya pasaron no sé cuántos meses y todavía no tuvimos la agradable oportunidad de viajar juntos al mar mediterráneo. Ni de compartir madrugadas en un fin del mundo. Todavía nuestras sombras no declaran la independencia de nuestros cuerpos para ir a suicidarse sonrientes de la mano y trotando al acantilado más peligroso de la isla.
No llevo la cuenta de las veces que prometimos dejar de recordar el sueño en el que al primer segundo donde nuestros cuerpos se rozan, el mundo explota en mil colores, conocidos y desconocidos, el mundo explota en mil colores de todos los sabores.
Desde cuándo prometo que antes de ganarme el infierno voy a descuartizar tus caricias, desordenarlas en la mesita de luz y de vez en cuando, en medio de tormentas como las de ayer, de pleno día oscureciéndose, refugiarme con ellas.
Apagar la luz, que se duerma el mundo un rato. Paz. Sencilla armonía del amor universal.

Que esa risa te haga cosquillas en la panza, en el alma, en todo el cuerpo y en toda la galaxia. Que no sólo te rías por diversión o por cansancio. Que no tengas muchas ganas de bajar al planeta tierra, que necesitemos el mismo cielo para purificar los días.

Algún día.

12.8.11

Es como quedarte dormido y llegar tarde. Así, asi, lo que pasa siempre, lo que pasa todos los días que tenés que despertarte a un horario porque en la agenda anotaste, compromiso. Y ves la hora, y en vez de disfrutar el sueño hermoso que tuviste, te apurás, te pones las medias más feas del mundo, y salís, con lagañas, al mundo.
Así nos sentimos.
Con las medias más feas del mundo. Y no hablar del boxer, del slip (cada cual tiene su gusto) que no sea demasiado viejo, “el de la suerte” tal vez. Pero si nunca trajo suerte, de qué suerte estamos hablando? No importa, la cabala siempre está. Para qué?
No te vayas te grito. No,no te lo grito. Total en otra vida nos vamos a volver a ver. Miro el reloj, mierda, mierda. Me apuro, para qué, para apurarme ahora, mi mente está completamente revolucionada, las manos también, mirá, mirá como teclean, así, esto, mierda,y podría seguir. Me apuro para decirte que, nada, en otra vida nos cruzaremos, en otra vida y seremos eternos, por esa vida, aunque en el inconsciente del alma seremos por siempre. Como lo estamos siendo ahora, pero no nos damos cuenta.
Nunca nos damos cuenta,
Para qué apresurarnos, si llegamos tarde, transpiramos, se me moja toda la camisa, y me pongo de mal humor. Te pido perdón, te reís, te divertís, pero en realidad preferís que no esté así. Que no esté transpirado. El sedentarismo, perdón.
Te fuiste, no todavía no.
Hola.

10.8.11

Responder la violencia con más violencia. Pero no contra el verdadero vértice de oscuridad, si no contra vos. Vos contra mí. Yo contra vos. Y así va a pasar la historia, una pelea aburrida que nos va a enfrentar. Aburre eso. Aburre porque no vamos a llegar a ningún lado. Aburre tanto pelear ciegamente. Vos vas a enmarcar la estampita en tu pared o la vas a llevar en la billetera. Vas a seguir creyendo en el estúpido cuento de las líneas punteadas, y de los colores. De simbologías baratas. Por qué compartir una tierra y una identidad instalada, creada, instaurada, manoseada, con alguien que está a mil kilómetros de distancia, y no con el que está a dos mil. Si al final, usamos el mismo cuerpo.
Responder la violencia con más violencia. Pero siempre contra vos. Te vomito, me vomitas. Hay que ensuciarse los pies, porque para hacer las cosas bien, hay que ensuciarse los pies en terrenos donde hay que tranzar, dibujar, mentir, aprovechar… en el mundo en el que hoy vivimos… empiezan las palabras berretas, te voy a llenar de sensacionalismo barato. Vender ilusiones al mejor postor… en el mundo que hoy vivimos… ¿qué mundo? Simple. Lapidaria pregunta. ¿No?.
¿La película no nos había enseñado que el alma tiene un peso específico? Está en vos creer eso o no. De la misma forma que está en vos creer que el alma tiene un precio específico. Un signo adelante y unos numeritos atrás. Que tus manos sirven para llegar a fin de mes, y no para acariciar el viento o para rascarte la cabeza sonriente.
La solidaridad no debería existir, la caridad debería ser con el más hijo de puta, con los enfermos de pera y de mirada poseída. Debería ser global, ¿qué es eso de tener que llevar el código de barra de forma permanente? Si vos en realidad NO me conocés, ¿por qué pensás que mi nombre es mi verdadero yo?
Generar violencia, entre nosotros. Te robo lo que es mío. Y qué carajo es mío, y qué carajo es tuyo. Si ni yo soy mío, como voy a ser tuyo. Si ni vos sos tuyo, cómo vas a ser mío. Te miro, te intimido, te digo que el mundo se va a caer a pedazos. Llenate de provisiones, van a venir seres violetas de otras galaxias con cuarenta y ocho manos a atacarnos y va a explotar la tierra… pará.. ¿eso no está pasando ahora mismo con gente como vos y como yo?.
Hay un delfín que nos llama, hay un árbol que nos deja vivir, ¿por qué vos me vas a impedir sentir?
Hoy no soy yo, hoy no soy nadie, hoy no sé qué soy y no me importa no saberlo.


Vos, ¿sabés quién poronga sos?
Me pregunta dónde queda tal dirección. No reacciono, obvio que no reacciono. Me mira indignada porque no respondo, o con miedo porque no le digo nada. O ansiosa porque esperó toda su vida escuchar mi voz y yo me estoy quedando callado, y no le puedo responder. No me sale decirle nada. Hola, estás ahí, me pregunta ella, moviendo su mano por delante de mis ojos. No, no me lo preguntó. Sólo lo imagino, porque quiero reírme con ella hasta que las direcciones desaparezcan del mundo y no se sienta más perdida. Pero no hace ni un gesto, se queda ahí. No sé, le respondo que no sé. Tanta preparación mental al pedo.

No sé, creo que es por, a ver, dejame pensar. No, muchas palabras, Dejame pensar. Sí, eso sí. Y me agradece mientras su taco no golpea impacientemente la acera, definitivamente nunca pasa como en las películas. No sé dónde queda, pero para allá está mi casa. Si querés me podés acompañar, así conocés mi almohada, si querés, si tenés ganas, acostate sobre ella, y dejale pequeñas sombras de tu perfume. Después te vas, prometo soñarte así de linda. Todas las noches, o hasta que me aburra. No, mejor no te vayas. Quedate, cojamos con jota o con ge, hasta que por alguna razón mágica aparezca la dirección que buscabas en la puerta de mi cama. O algo así. Pero ayer había dicho que no quería todo eso. Ayer había dicho que no me interesaba. Bueno, mentí. No, no mentí, ahora estoy mintiendo. Si, miento, porque eso no pasó.

Dejame pensar. Y tus piernas parecen interminables, cómo nadie se detiene a aplaudirlas en el medio de la calle, me pregunto, mientras busco en la guia t mental el camino más largo para enseñártelo y explicarte cómo llegar por el camino más largo a esa dirección a la que vas, y claro, te pregunto si querés que te acompañe. Y me decís con esa sonrisa que me vuelve boludo hasta la humillación, me decís que sí. Y te acompaño por el camino más largo, mientras hablamos de la casa donde nos vamos a mudar, y del viaje por el mundo que vamos a hacer, empezando ahora mismo por Carapachay.

Pero tampoco.

Dejame pensar. Y te digo, son tres cuadras para allá, al mil quinientos. Y me sonreís con esa sonrisa que haría que el Maracaná lleno empiece a llorar de la alegría, en esos rotundos cambios de sintonía de la vida, donde empezamos a llorar mientras reímos hasta que nos hacemos pis encima. O casi. Porque somos grandes para andar meándonos por ahí. Me sonreís con tu sonrisa habitual de agradecerle a todo el mundo, porque es obvio que cuando te traen el café con tres medialunas lo agradecés así, con esa misma sonrisa que le estabas agradeciendo a la vida por haberte cruzado conmigo. Estoy jodiendo, lo sé. Pero yo sí le agradecí a jebús porque apareciste ahí, tan endeble a mis miradas de miedo, de pajero, de amor, y de desilusión. Sí, todo eso en tres minutos. O menos, viste como es esto de exagerar todo. Tal vez fue un minuto. O tal vez nunca me preguntaste por ninguna dirección y yo me quedé colgado desde, con, entre, por, tus piernas.


Perdón, ahí volví, había dejado de escribir, porque me paré y aplaudí tus piernas, y recordé, y seguí parado aplaudiendo y riendo por la sonrisa más hermosa que caminó en esta comuna, que no recuerdo qué número es.

9.8.11

que a veces las cosas son "asi" (chasquido)

Prometo que voy a encontrar una forma para no eyacular tan rápido. Vos me decís que no, pero se te nota en la cara, especialmente en el cuerpo. Se nos nota en el cuerpo que es mentira lo de pasar toda la vida practicando, mejorando, buscando esa perfección sexual que se aleja tras un horizonte. Boludés. Realidad. Qué ñoños podemos llegar a ser. Pero qué más dá. Ponéle tílde dónde nó háy. Qué lindo eso de no alcanzar nunca el más allá, y así prometermos nunca cansarnos. Vamos a desconocernos eternamente, vamos a creer que cuando sale el sol nuestro aliento es el sahumerio más agradable del mundo. Del mundo entero. O no. O no. O no. Por qué siempre mentirnos, por qué siempre engañarnos, ocultarnos, si vos tenés tus miserias, y yo las mías. Miserias oportunas en inesperadas reacciones coloreadas dentro de esta vorágine cartesiana. Palabras con uniones inventadas, no suenan a nada. O sí.

Basta ya!.

Vamos a decir que podemos Vamos a decir que el sexo es el mejor remedio ante las eternas dudas de la existencia de esta mortalidad. ¿Vos creés en la finitud de las almas? Yo no. Yo sí. Vos no. Vos sí. Qué importa eso. Pelotudos. Qué ñoños podemos llegar a ser. DALE! Vamos a decir que podemos. Que nos aguantamos de lunes a lunes, de martes a martes, y de doce a una. Del mediodía de la tarde. De la luna de vos y de mí. Sí, vamos a decir que. Tantas cosas decir.
O mejor callar, mejor callar, porque yo puedo estar hablándote cuatro horas seguidas, sin repetir y sin soplar, pero vos te vas a seguir cansando de que yo eyaculo rápido.


No sé si lo entendés. Yo no me puedo contener. Te la puedo seguir rimando, pero no soy un rapero, ni uso viscera ni gorra. Los pantalones me quedan anchos cuando adelgazo, a veces eso es nunca. A veces eso es siempre. Bueno, te decía y la intención es volver a decirtelo, a mi no me duele que vos te canses de todo esto. A mi no me duele que no podamos avanzar media carilla del kamasutra, no sé por qué. O sí. O sí. O sí, y no es un gemido lo que estoy diciendo. Porque vos sabés muy bien que yo me callo la mayoría del tiempo, a veces, ahí, también. Ya no sé como seguir esto.

Perdí el hilo, perdí la concentración porque ya eyaculé, no me pude contener. Otra vez te la hago rimar. Pelotudo yo. Vos no. Claro. Perdí el hilo, y me desconcentré más que nunca, porque a veces hay que dormir, los ojos lo piden. Las ojeras también. Ves. Te lo dije, tu cuerpo no miente. Se queda con las ganas de que el mundo se acabe en el próximo polvo, pero eso no va a pasar. Porque yo no tengo más ganas de cojer. Ni con jota ni con ge. O si, quién soy para mentir así. O tal vez no miento, y realmente ya no me interesa eso, en su totalidad. Dale, vení, abrazame. Dejame mirarte desnuda, tapate, no hace frío. Es pleno verano en Finlandia. No, hoy no. No tengo ganas de. Porque no quiero ver tu cara desilusionada de.

Ahora sí, dale, seamos sinceros de una vez. Digamos que.

A allá nunca vamos a llegar. No es el fin, nunca es el fin caminar mirando el punto fijo. Tampoco te digo que seas como yo, que camina mirando para abajo, y espía detalles de quien se aproxima. Y así saberme de que color era tal ropa, y vos pensás que te miento, y la verdad es que a veces la memoria fotográfica no me falla. Como cuando me viene tu cuerpo a los ojos, cuando no estás, y viene tu cuerpo a mis ojos. Si leo todo esto me ahogo en asquerosidad, aunque esa no es la palabra. Sexualidad tampoco, porque vos te cansás. Ves.

Otra vez, eyaculé. Esta vez desde el alma. Te abracé. No te diste cuenta. Qué lastima amor. No me pude contener. A veces soy así, lo sabés. A veces busco la forma más difícil de decir que tengo ganas de. ¿Te abracé?.


3.8.11

y que me vengas a dibujar una luna en el hombro derecho,
Quién te dio permiso para hamacarte desde tan temprano
si los sonidos del mar todavía están lejos de tu barrio,

Oscuro y siniestro causa y causas del miedo que no te deja dormir,
No hay un gramo de seguridad si en cada paso bastardean tu amor,
El amor que no encontrás en ninguna violenta caricia,
El amor que negas en cada mirada simulada.

Juega y hazte el valor de creer
Que mañana nos vamos a mirar,
sentir desnudos cada tela que nos cuidan
aunque las luces del mundo se ahoguen sin perdonar.

llora todo lo que tengas que llorar,
no hay nada que no esté de más,
llegará el momento en el que decidas
aceptar, seguir y andar

te vas a encontrar.

30.7.11

terminar de desfigurar
para armar esa idea pacata
de amor.

caer en la sutil tentación
de adorar los rezos
sobre estampitas viejas,
fotografía de última generación.

quemar los miedos,
volar en cenizas.
desvestir sin paracaídas,
abajo nunca existe el dolor.


86641
anotarlo para no olvidarlo
acordarme de encontrarme

vamos a sentirnos bien,
o mentir mientras podamos.
no creas en nada,
mirar, tal vez, en algún momento, pensar.

todos con vos,
un paso a nivel
y a veces quiero que llueva,
y a veces quiero creer.

el cine se desangra en historias
sin voz, cerrar los sobres que
el mundo va a cosechar
el odio que creemos superar.

Firmaste la libreta de hoy?
o
vas a aceptar amarrar ninguna realidad?

latemos intermitentemente,
en diez inundaciones por minuto
desbordamos lo poco que nos queda en los ojos
mientras alguien se pajea sin coordinación.

su placer, distinto al tuyo,
creés que
va a morir despertándose de un sueño,
vos también,

las rejas prohíben violentamente,
tu cara detrás de ella,
sí.

el fuego que desvestís con tu lengua
quema,

con cada analogía estúpida,
dejame pensarte.

23.6.11

hemos inflingido un constante desamor ante los creídos besos mal dados, regalados en momentos de desnuda honestidad, a veces de palabras inseguras que nos hacen nublar el instante. caemos ante la estúpida costumbre de creernos futuros protagonistas de historias cinematográficas, pero las canciones de destrucción ante las sombras de lo que supieron ser caricias son una costumbre de cada día. desayunamos con la naif sutileza de querer vernos a los ojos, pero ante soleados atardeceres juramos futuros lenguajes que no sabremos si alguna vez podremos cumplir. vivimos constantemente ilusionados con la desilusión de encontrarnos en las mismas almohadas, o en terrazas que dejen ver supuesta estrellas fugases que nos hagan meditar sobre esa cosa de la no eternidad, de la luna sin fines de lucro y de los cuerpos enredados. hemos soñado principios y finales, a pesar de que alguien diga que hay que amar la trama, más que el desenlace. por momentos nos envuelve esa idiosincrasia del miedo a estampar besos sobre las almas, muy pocas veces enfrentamos los labios como símbolos de paz creyéndonos inmortales.
no sabemos qué mirar, no sabemos qué inventar, no sabemos qué hay que respirar, pero nos creemos perfectos individuos de una supuesta cosa bien llevada. ilusos deshonestos en el uso de nuestros cuerpos. ilusos deshonestos el de engañarse y no empezar a sonreír en cada instante. ilusos deshonestos cuando creemos que esos embriagadores besos de paz del hoy, pueden llegar a ser turbulencias mañana. qué importan todas esas cosas, todo lo demás, todo esto, todo aquello. qué importa lo tuyo, lo nuestro, lo mío, si todavía nos olvidamos de vivir, si todavía no nos arriesgamos a desestructurarnos y sentir.

13.6.11

una autopista que avanza hasta un final trillado
tu cara así de sonriente, mi habla despierta
y los sueños sin frenos quedan olvidados ante tu reciente mirar.

los autos desorientan el ruido, pero no nos deja olvidar
esto del ahora, del no pensar más.

pedís cien, pero antes pensemos si queremos salir de acá.

tan nerviosa,
igual así te acordás de volar
yo sólo te digo que te abroches,
suspendámonos del mundo un segundo más.

síntomas de una avenida que aparece,
tu boca no se espanta,
gratificante este momento:
el abrazo se vuelve calor.

descreer de años adorables,
cuánto nos separa,
y nosotros lentos esperamos
a que media docena de años pasen.

cara con cara,
soy tan predecible
que aburre mi sentir.

polarizamos el cuerpo por el miedo al retraso,
no nos preocupemos, no nos van a recordar

sólo importa que el mundo hoy está a nuestros pies.

28.5.11

Jugar a ser un antifaz, ponerme, ponerte, todos los días a la misma hora por el mismo canal. Incluso los fines de semana. Y despertarse con ganas de llorar. Por fin llorar. Un momento, unos minutos, y volver a armarse, y no saber quién, dónde se es. Cuándo dejar de ser.
Invertir sonrisas en lugares oscuros, llenar de luz planos obscenos para volver a la oscuridad en lugares abiertos
Convalecer ante la dualidad de los días, ese ser inconstante que somos, nos volvemos estúpidos y genios al mismo tiempo. Creemos poder. Negamos ser.
Jugarse todos los ahorros en la mejor cara, tener la cara de pelotudo más grande del universo; al mismo tiempo ser invisible por excelencia.
Ir acá, ir allá. Quedarse. Morir. Y volver a vivir, ya es todo como estar en un rollercoaster sin final. Uno que evoluciona a cada rato, la revolución constante de cambios desestructurales para el alma. No saber cómo despertarse mañana. Creer que sólo importa hoy. Sí, creer que sólo importa hoy. Y solo importa esto. Mañana ocho monos me chupan la pija, qué bueno, qué malo, qué asco, qué divertido. Pero solo importa esto, el constante abrir y cerrar los ojos. Escucharse respirar, entender que uno respira. Despertarse a media noche por una propia respiración profunda.
Sumergirse en esos días que no sabés qué va a pasar en dos horas, en una. Dejar de programar el desenlace, el recorrido no tiene porqué saberse. Si no, todo es aburrido. Estructurado.
Morirse antes de tiempo, vivir antes del día, morir antes de ayer, vivir hoy. Y toda una cuestión de bla y de bla y de más bla. Sonreír, llorar, abrazar, escupir, mirar. Irse, escaparse, morirse. Vivir. Sentir. Saludar, hola, cómo estás.

24.4.11

Me voy a leer. O a hacer algo que me distraiga de pensar en vos. Pero no avanzo ni una hoja que ya estamos caminando a la par. Hablándote sin pararte, resumiéndote un día de mil días, de cientos y cientos de días insignificantes de mi vida, ¿cuántos días tienen mi vida?. No, me da miedo contarlos. Y saber que muy pocos, tal vez, tres, tal vez siete, o tal vez treinta, significaron todas mis anécdotas, y todas mis risas más profundas. Tal vez otros cuarenta días significaron mi sonrisa más oculta, el silencio y la complicidad. Y tal vez otros tantos no son anécdotas, sólo días de sonrisas o de llantos o  de tiniebla con aire europeo en una ciudad de Latinoamérica, en un cuarto que se agranda cada vez que yo me agrando. Y las calles también se alargan, mis pasos nunca se agigantan, y todo crece de la misma forma. Y vos tenés mil días que contarme, o yo quiero conocer tus cientos de días, del pasado que te marcaron. Sin darle mucha importancia, el pasado es eso y nada más. Pasado.
No avanzo ni una hoja que ya estoy con vos caminando, tratando de seguir el hilo de dos oraciones seguidas sin pestañar o colgarme mirando a otro lado, sin la necesidad de tus palabras para que me apure, no me pierda. Ya me conocés, mirá, me pierdo, y hasta me resulta gracioso que me conozcas y me pidas que siga la linea, y no me vaya. Y al final, me decís que podés entender todo. Y yo, feliz, por poder ser yo, sin necesidad de no serlo.
Y en un segundo, te estoy viendo a la cara, y me estás preguntando algo, que no sé la respuesta, y creo que vos sabés que yo no sé la respuesta. Pero igual te respondo, ya no me acuerdo que era, pero te hablo, te hablo con cientos de palabras distintas, para ocultarte en cinco, las que no te puedo decir.
No te vayas. Quedate acá.
Y me quiero distraer, quiero dejar de pensarte. Pero la mesa y el frío, y la gente que pasa. Y pasan autos con música fuerte, y por momentos, algo adentro mío se pone a bailar, y baila con algo adentro tuyo. O eso quiero imaginar. Y eso quiero sentir. Pero los dos nos miramos, y  hablamos del fin del mundo. Y uno no quiere hablar, y el otro tampoco. Tenemos miedo, pero nos estamos viendo.
Dos cucharas, y un vaso que cada vez que servís se mueve, y antes que la inercia quiera que te mojes, pongo mi mano, y yo sé por dentro que decís “por fín”.
No te vayas.
Me doy vuelta, sigo leyendo las lineas del libro, pero me estoy dando cuenta que te quiero leer a vos. Sonrío, estúpidamente sonrío, y me odio. Retomo la lectura, hasta que de la nada, decido apagar la luz, para respirar y nada más. Y escucho muchas voces de otros lados, y hay algo que me lastima el pecho, el cuerpo, y son distintas voces, sombras de voces que aparecen, hasta que me doy cuenta que me quede dormido, me duele la mano de mantener un libro en la misma posición. Y creo, creo que soñé con vos.
Y acá estoy, después de mil intentos, todavía no pude avanzar de hoja, y estás vos. Mirándome. Preguntándome. Y yo solo te digo lo que oigo de mi pecho. Mis labios se acercan a vos. Y vos a los mios. No sé cuáles avanzan primero.
Y tal vez, quiero avanzar de hoja, quiero terminar el libro y empezar una nuevo, y leerte cada linea, de fragmentos chiquititos. Palabras difíciles que tengamos que buscar en el diccionario. O pelotudeces así, no sé.
Me fui a leer, pero nunca pude dejar de pensar en vos. Y no es lindo en cierto aspecto. Vos no estás acá. No puedo decirte las palabras que no me salen, no te vayas, quedate acá, no puedo decirte nada, más que todo esto.
Voy a dormir, creyendo que, dormís a la misma hora que yo, del otro lado de la almohada, con los ojos mirándome. Me voy a dormir, deseando que estés acá, y se acabe el mundo, y no haya mañana, o que no se acabe nada, pero que te pueda decir, en medio de las sábanas, no te vayas, quedate acá.

23.4.11

Y un beso sin nombre
Con labios que no son labios,
Sino almas que juran ser dos,
A veces se vuelven mil.
Y a veces
Somos todo el mundo besándose.

Ya no importa desterrarse
De un nombre,
Olvidarse de una forma,
No recordar el rostro.

Hay que construir, y no morir.

Un beso sin dioses,
De labios que se mezclan
Hasta volverse uno,
Y mil a la vez.
Y a veces
Somos todo el mundo besándose.

Percibir este sueño despierto de ensueño
De un par de veces ajenos que se vuelven tan míos
Como de todas las personas que habitan alrededor.
O acá no más, en este instante, en este momento.

Sonríen diez bocas de formas distintas,
Y somos todos iguales que reímos
De diferentes maneras,
Cada pelo especial que cae sobre la mejilla,
Cada pelo que el viento y la inercia matan
En el suelo, debajo de algún pie que lo pisa.

Somos dos seres besándose,
A veces somos mil.
Y otras veces somos todo el mundo amándose. 

26.2.11

de sonidos perturbadores,
miradas hirientes
y las mismas nuevas lenguas desconocidas.

sin el menor tacto,
codicia desalmada;
desangran los nervios
cae de rodillas.

Se vuelve hacia mi,
Cien veces
A la altura del esternón.

Da pasos negros
a toda velocidad.

Nadie, nadie escucha,
Nadie, nadie ve.

las fichas, en el lugar justo,
a la hora que tiene que ser.

a no resguardarse
apegarse,

a no perder vida en caprichos.



24.2.11

Y en esa cara lleva
toda la fuerza del universo,
nada de ave fénix,
ni renaceres épicos,

el mundo se conforma con sus amaneceres, irradiará luz a todo su alrededor.

y si alguna vez creíste ver ojos especiales,
te quedás sorprendido cuando te mira fijamente.
No hay mirada como la de ella,

no hay ojos tan claros,

más transparentes,

a veces se cansan.

se acurruca,
y sin perder tiempo,
otra vez, saluda al día.

y todo, todo el mundo
queda estúpido y hermosamente insignificante
ante su sonrisa.


-de exageraciones se valen las palabras, que haya disculpas, pero cuando aparecen las sonrisas hermosas no hay forma de disimular-

22.2.11

Antes eras una flor,
pintabas el cielo de amor,
ahora que no tenés más vuelo
quedaste tan sola, te vencieron?

Ojos envueltos en tristezas,
Qué fácil lo hacen algunos.

Muere, sufre en cada latido,
la llenan de elogios sin saber que está ahí
por no entregarse a morir del todo.

Una vez que sus manos toman coraje,
se arranca el alma,
y todas sus lágrimas embellecen el cielo entero.

Se atreve, desnuda sus heridas;
el mundo cree que la acompaña con palabras académicas,
insignificadas en vida, vacías de alma.

Y una vez que descuelga su cuerpo,
las palabras quedan blancas
las paredes se ausentan,
y ella se vuelve a vestir.

así,
así,
hasta que se apague y se anime a no morir.

Qué ambiguo es eso.


(usted es más linda cuando brilla)

18.2.11

I.
un refugio donde detener,
resguardarse de tanta lluvia,
secarse la cara
y tomar coraje.

previa lenta respiración,
levantamos un pie,
secamos la suela;
  lo mismo, con el otro.

estamos estudiando el camino,
que baldosas pisar.
sin avanzar dos pasos
ya buscamos donde esperar.


II.
y si nos resbalamos,
alguien nos va a venir a ayudar.
otros se van a reír,
es sólo cuestión de no pensar.

la cintura, a cierta edad
es más frágil,
no te preocupes,
a vos te faltan unos años.


III.
hablamos del coraje,
un pecho donde acomodarse,
en mi cara hay lágrimas,
no hay forma de esconderse, no te despiertes.

si me muevo, te despierto
si te hablo, te despierto
si pienso en voz alta, me echas de tu cama,
si siento en voz alta, me echas de tu cama.

dejame un rato más

ahí,
en la almohada.


IV.
usar paraguas, está bien.
hay gente bajita, gente alta,
con cuidado, los ojos son frágiles.
V.
coraje,
mojarse,
sin miedo a resbalar.

VI.
a veces, la lluvia, es un buen augurio.

tomalo como tal hermosa.

17.2.11


La perdida de los duendes, escritos, cursiva, ¿tu nombre y el mío? Vos sin mirarme; dormís y el cielo se cae a pedazos. El aire me seca, me enferma. Por segundos me acuerdo que tengo que respirar, aunque sea algo automático. Automático se convierte el mirarte, el mirarte y sonreír. Más automático que el respirar. Más innato, me estoy asustando. La perdida de los duendes, diez veces doblar la mirada. Lograr la perspectiva de los tiros de una ametralladora doblando una misma esquina. Y seguir mis huellas, delante de vos, detrás de vos. A la par. No bastar. No cansa sentir.
Hay algo ahí, en mi cordura que de a poco ya no se siente vacía. Por segundos, por minutos, toda esa cordura irreal se hace acorde a las circunstancias, y juego a estrellarme contra mi propia sombra. En la arena, o en el pasto. En el pasto. En el aire. En ese aire que ahora estás respirando, que es tan mío como tuyo. Y me estrello contra ese aire, y la pucha, Hector Alterio. Pero va más allá de vos. Va por mi. Esta me la juego por mi.
En mi propia ropa, en mi propia transpiración que odio en cada paso que doy, y querer ducharme cada dos por tres, con vos, sin vos. Pero conmigo. Porque odio que de mi frente caigan gotas. Me molesta, que de este cuerpo, este esbelto y bello y gimnástico y cultural cuerpo, caigan gotas. De todos lados.
¿Llevar una sonrisa como bandera?, el mundo a cuestas. Y mi propia respiración fluye, de forma imperfecta, pero de la forma más hermosa. Y nunca me imaginaste así. Yo tampoco. Yo tampoco, nunca te imaginé que nunca me imaginaste así.
Existencial, tal vez. El mundo es existencial, puro fluir de besos sin armonías -los nuestros, ¿con?-. O puras chacharas, metalenguaje, mariconeadas.
Ponele que algún día te parás y me hablás. Me sonreís con esa sonrisa tan poco sádica que tenés, la de la ternura indeleble que me hace feliz. Me sonreís, te sonrío con mi sonrisa más linda  -sé que la tengo- y nos agarramos de la mano. Vamos a combatir el mundo. Injusticias modernas, a curar estos sueños quebrantados.
Sin películas y sin abastecimientos para pasado mañana. Si afuera hay una guerra, la vamos a sentir. Aunque sepamos que esto, esto no es una guerra. Es todo una ilusión ficticia de una realidad que se distorsiona en cada palabra, como un teléfono, móvil, descompuesto, que encima no tiene cobertura internacional. Un vuelo de cabotaje hasta lo más falso de los días, ¿hace cuántos segundos que no te dejás flotar?
Como las lecturas invernales de colectivo en pleno verano, las sombras de la cama a diez mundos de distancia entre los dos. O miradas que ya no se cruzan, pero que saben como cruzarse, y eso, eso mísmo de lo que trata todo esto. Sonreír.
Pero si fuera tan fácil, esas piernas desesperadas convertidas en monstruitos que no levantan la mirada, no existirían. Y tomarían aire, en una cantidad de tiempo más prolongada. Buen día. Cierta cantidad, por favor. Y se olvidan de levantar la mirada, ¿se olvidaron que no vale atropellar?
Y sólo, heredar besos de la madrugada anterior. Un poco de desigualdad entre mis centímetros y los tuyos, también ante los ojos de un gran señor. Ese que grita, y grita y no para de gritar. Un ex combatiente, decís.
Habla en voz alta. Grita palabras de estallidos, que no logran su cometido. El cometido de todos, decían los psicólogos, que el cometido de todos es ser querido. ¿El tuyo? ¿El mio? El mio, tal vez. Pero hoy, hoy es otro. Hoy busco algo más jipié. Amar mi mundo. Amarlo como es, no como puede ser, o como va a ser. No hay mucho que cambiar, no quiero cambiar el mundo. Y ahí le doy la derecha a los psicólogos que le encuentran relación al arroz que comiste anoche por no tener plata, con el sueño que tuviste en el año 98, y la explicación consciente de tu inconsciente rechazo a la esponja cuando te bañas, con el hecho de entender como tu progenitora sostenía el cigarrillo con su mano derecha, una hora y veintitrés minutos antes de concebirte. ¿Se entendió algo?
No sé. Nunca me entendés. Yo tampoco me entiendo. Es que no me escucho, esto de hablar bajito y modular mal, no es una buena forma de comunicación. A ver, voy a hablar más alto. Tal vez, más despacio
Decía, conquistarte a vos. Es una buena opción. A la misma vez, en el mismo momento en que vos me conquistas a mí. Sin dañarnos. Y si es sin dolor, deberíamos cambiar la palabra “conquistar”. No hay sinónimos, creo que ahora sí me entendés lo que te quiero decir. Conquistarnos, seducirnos estúpidamente hablando, con el mejor sexo arriba del colectivo, habido y por haber, en hora pico.
Cambio mi reinado, por -trecemil- un amanecer esmaltado con vos. Y así sí, si de eso también se trata, también, hasta conquistar el mundo. 

28.1.11

Me estoy por pegar un tiro. Me estoy por estrolar de lleno contra la pared. Porque la imagen que me sigue es la de mi cabeza chocolateada por culpa de una pared. De las cuatro. Llegar a la cuarta casi rendido y con felicidad. Último segundo de dolor. Mirá, acabo de hacer el gesto. Cabeza hacía atrás. Cierros los ojos. Golpe tan seco como marca de un lápiz en secante.
Hay que amenizar la espera, alimentar más los fantasmas. La música me lleva a lo más profundo, y oscuro de mí. Me pongo los auriculares y escucho canciones que me desgarran todavía más el alma. Tal vez un último mecanismo de defensa, el último manotazo de ahogado, sentirse un segundo no solo. Alguien canta lo que yo no sé cantar, lo que mi turbia y drogada voz no puede cantar. Desafinar. Alguien canta cosas que yo nunca pensé, y las siento tan mías, todavía más mías que suyas. Una, otra, y otra vez suena la misma canción. En un castellano deformado, hermoso. Hay que buscar la letra.
Porque no sólo del oído se ameniza una espera. Hay que leer.
Gugel, ahí voy. Te busco canción, te encuentro en varias paginitas, entro. Letra deformada, suenan parecidas a lo que oigo, pero no concuerdan. Ni entre ellas concuerdan.
Me pierdo, canto algo que no sé cantar.
Vuelvo y busco una vez más la letra.
Pienso, la leo, rompo las rejas del balconcito-ventana y me tiro. Pum,clash,pshh, o la onomatopeya que suene para cuando un cuerpo que todavía resiste cae de lleno al pavimento. Y yo no quiero que vengan los pelotudos periodistas a hablar de “milagro” si no logro mi cometido. De qué milagro podés hablar, si alguien se quiso suicidar, y no lo logró. Quedó a mitad de camino. Y encima los titulares que hablan de “milagro”. Milagro de que todavía la gente pelotuda amarillista exista.
La onomatopeya que sea, que prefieras. Chocolate alrededor. Aureolas de sangre. Y que mi cerebro quede a un costado de mí, lo único que falta, irme y seguir pensando. Maquinando con una constante mezcla de goteo, de tictacs, y zumbidos.
Sigo. Busco la letra de nuevo. Busco palabras que inconcientemente produzcan esa ambigüedad de hacerme sentir acompañado y solo. Qué linda canción, quiero leer lo que dice.
Vuelvo a Gugel y entro a alguna paginita a la que todavía no entré. Clic.
LA PUTA QUE TE REMIL PARIO, papanamericano de mierda. Yo me quería matar en paz, y venís vos a sonar, sin que yo haya tocado nada.
Peor. Lo peor es que arruinas todo el climax orgásmico sumergido en lo más triste de mí, en el que estaba.
Y sonás, y arruinas la canción que ahora suena de atrás. Tres putos segundos. Cinco. Que suenan a diez minutos.
Qué canción tan pelotuda. Que hijo de mil puta el que se llenó de guita haciendo una pedorreada así.
Vos te querés matar y un pelotudo te desfoca. Así no era como lo habíamos pactado. Papanamericano te ganaste el premio al hijo de puta del siglo.

25.1.11

Lograr con cada tilde mal puesto un poco de compasión del mundo. Y que vengas, me beses, decidas coger conmigo, y salir de la mano por ahí. Sentirse interesante, importante, un rato. Vivir en esa utopía de no soledad, la antítesis del miedo existencial. Lograr el amor en compañía, y entender de una puta vez que el amor no sólo se puede ver desde mis ojos, si no desde los tuyos. Vernos, estallar en amor, irradiar alegría para que el mundo se contagie de nosotros. Ser un canal de paz, de armonía, y de no desilusión. Y caernos, y levantarnos, y caernos y levantarnos.
Inventar palabras, para que te maravilles con estas pelotudeces escritas. Escaparle un rato a la realidad, vacía, de contenido emotivo y social. Y tal vez escribirte cosas para que tu mente haga clic de nuevo, y me veas, y te desnudes ante mi, y me chupa un huevo tu ropa, y tu cuerpo. A mi me importás vos, me importo yo en vos. Me importa el nosotros. Y el de repente, que tu mano acaricie mi mano entre tantas manos mirando la nada, eso, eso es amor. Y el que no lo quiera creer, que se haga coger por un burro. Me importás vos, tu sonrisa, tu cara, pero más me importa tu sonrisa ahuyentando demonios y fantasmas en compañía de la mía. ¿No era lo más increíble del milenio nuestras sonrisas en la misma secuencia, y en el mismo tiempo y espacio? ¿No formabamos parte del complot más perfecto y anárquico para hacer que este mundo deje de ser una mierda? Ese complot, tuyo y mío, la puta madre, no quiero lagrimear como pelotudo.
Y nuestro mundo, y nuestra imagen, imbatible ante las horas reloj, que me picoteaban la cabeza, que me picotean la mente.
Y podría seguir diciendo una sarta enormes de pelotudeces, y ninguna va a describir esta paz que sentí con vos, que sentí que sentías conmigo. Y nadie me lo va a quitar, porque a nadie le interesa quitármelo. Tal vez yo mismo, en ese boicot que hago día a día contra mi sonrisa y mi plenitud, amanezca un día y te quite de acá.
Y es tan obvio que todo esto, tiene ese fin de que mañana me mires, y te disloques el cuerpo por besarme, por decir que nos dejemos de joder.
Rocas que pisamos sin entender realmente donde estamos por caer. Nos resbalamos y nos damos de lleno la pera contra otra roca, contra el suelo. Contra el agua que nos entra en la boca, en los ojos, en los oídos. Se me tapa el oído derecho y acordate que yo no sé nadar todavía.
Pero vas a leer esto, y vas a pensar que me tengo que dejar de joder. Yo pensaría lo mismo. Las rocas que pisamos por algo las pisamos, tal vez por rutinarias costumbres de pensamientos, que hoy queremos romper, y todavía nos cuesta. El miedo está en la mente, y el miedo no existe. Nada existe, más allá del amor. Nada existe, más allá de vos, de las guerreras que dan batalla junto al sol. Todo existe más allá de vos, reinas y princesas que demuestran en cada suspiro la sutileza que nos regala un aire para no dejar de respirar. Y de sentir.
Lo sé, nada de esto tiene sentido, si no vamos a hacer estallar el mundo otra vez, otras veces. Hasta la eternidad. O no lo sé. Realmente no lo sé. Tal vez necesito decírtelo, tal vez lo entendés, y no hace falta romperte más las pelotas, pero no sé si entendés, que eso maravilloso quebrantó en mi cualquier escudo contra el perpetuo latir.
Nada tiene sentido.
Todo tiene sentido. Vos. Yo. Nuestros pasos, intento alcanzarte, intentás alcanzarme. Intento acompañarte. Decime si eso no hace valer la pena. Sí, estoy ciego en un momento, en algo que me hizo escapar, entender, creer, inventar, amar.
Momentos en que fui realmente feliz. Logré la paz.
Y ya no me importa todo eso. O sí. No lo sé.
Pero esto, no va a lograr su cometido. No voy a lograr que volvamos a esos momentos de plenitud, de creerme parte de vos, de creerte parte de mí, de creernos parte del todo. Me encantaría, me encantaría, que este capricho tonto, se vuelva a palpar, a vivir, y más que capricho, sea el juego más valiente y digno de acariciar. Pero es eso, el tonto capricho. Y nada más.
Crecer.
Dejar de hablar en tercera persona, y saber que el que habla soy yo. Aprender a decir YO sin vergüenza, sin miedo. Aprender que el egoísmo no es malo. Que primero tengo que estar Yo. Que si yo sonrío, el otro va a sonreír.
Crecer.
Aprender a separar, la realidad, de lo que se siente y de las imágenes que distorsionamos en la mente. Aprender a palpar, a callar, a hablar.
Crecer no significa dejar de jugar, o ocultar el corazón. Al contrario, seguir jugando con el corazón en la mano, con las precauciones necesarias para no derretirnos en el asfalto, no ser un huevo frito. No ser pelotudos. Quedarse siempre con un vuelto, “regalarnos” a cambio de dignidad.
Crecer.
Respetarme. Tengo que respetarme. Me tenés que chupar un huevo vos, primero tengo que vivir yo. Aceptarlo.
Decidirse. Matarse ya mismo. O vivir. Asumir que la no valentía a desaparecer, son ganas de vivir. Vergonzosas, tímidas ganas de vivir.
Bailar. Gritar. Amar. Tocar. Sentir el agua, el aire, la tierra. Sentir que soy parte de algo. Que no soy menos ni mas que vos.

Vivir. Dejar de cagarme en las patas.

Vamos a hacer algo de ahora en más. Con sinceridad.
Vivir el hoy.
Está bien, agendar para mañana. No planear. No quiero planear, pensar. Observar.
Quiero, voy a.
Vivir el hoy.
No quiero estudiar más la “GuíaT”
Vamos a hacer algo de ahora en más. Con sinceridad.
Cada vez que la cabeza nos ataque, cada vez que el mundo se vea perjudicado por nuestra cabeza, vamos a sentarnos y a respirar.
Sentir la respiración. Vamos a volver a pensar.
Levantar la mirada, y sentirnos respirar. Que la mano sienta el aire, sacar la mano por la ventanilla, sentir las paredes que separan algo privado del aire que es nuestro.

Sí.
De ahora en más
Vamos a hacer algo.
Con sinceridad.

Respirar el hoy, dejar de pensar en mañana y en ayer. Dejar de pensar en mí. Y empezar a sentirme a mí.

Quiero dejar de sobrevivir.
Bailemos.