25.3.12

24/3 Ciclo Arte VOL.2 - Dos

Nadie, nadie, nadie puede decirte qué pensar, cómo. Nadie puede cagarte la vida por sus propias mierdas. Nadie en el sano juicio del amor puede llenarte de culpa. ¿Sentís culpa? Date cuenta que alguien intenta dominarte. ¿Tenés miedo? Date cuenta que alguien intenta dominarte. Y eso, todo eso porque ellos en realidad están cagados de miedo. Miedo de vos, miedo de nosotros, pero especialmente de vos. Miedo a que sientas, miedo a que entiendas, miedo a que te sepas reflejar en el otro. Te instalan fantasmas, te llenan de prejuicios, de modales, te llenan de una vida que no es tuya.

Viví así, viví asá. Odiá, Odiá. Negá y Odiá.

Si callás los miedos. Si callás las voces en tu cabeza, las imágenes externas, heredadas. Si callás lo creado por otros mundos, tu mundo va a brillar.
Sino,
Dale, vos drogate con los resabios de esos mundos creados.
Dale, vos tapá,
Dale, vos ocultá.

Drogate con creencias falsas sobre tu existencia. Drogate con curitas que tapen tus falencias. Drogate con amores falsos, pasajeros. Drogate y no sientas.

Ese es el problema. Que no sientas.

Que no sientas el aire, que no sientas los colores, que no sientas mi sonrisa. Que no sientas TU (en mayúscula, reiteramos) TU sonrisa.

Ese es el problema.

Que no sientas las sonrisas.

Nadie dice que no sabés sonreír, que exagerás, que mentís. Solo hablamos de sentir.

SEN TIR.

Sentir es lo importante, el cómo no, el cuándo tampoco. Solamente Sentir.

Vienen con los ojos cerrados a causa del miedo. Por inseguros te atan. Por enfermos te atacan. Como te ven te tratan, si te ven mal te maltratan. No tienen la culpa, tienen miedo de vos. Tienen miedo porque picaron su cabeza, picaron su cabeza hasta lastimar el amor que llevan dentro, hasta taparlo y negarlo. Negarse. Qué feo es negarse al amor.

Sonar ñoño. Sonar estúpido, sonar básico, ¿y qué?

Ya no me importa. Ya me causa gracia. Sonrío. Sonrío con esa vergüenza heredada. Sonrío por vos, por mí. Sonrío para que vos Sonrías. Y vos sonreís para que yo sonría. No es tan difícil. Ahí se resume el mundo, en lo básico, en lo estúpido, en lo ñoño. En el amor. Es inercia. Es metafísica. Es simpleza.

Y siendo tan simple… ¿por qué cuesta tanto? ¿Por qué por miedo te apagan? ¿Cómo podés apagar a un hermano? ¿Cómo podés apagar el amor? ¿Cómo podés prohibir que sientan? ¿Cómo podés ser tan enfermo?

Pero vos… vos no sos así. Por eso intentás escuchar, por eso intentás entender. Por eso ya lo sabés y todo esto te parece estúpido y Naif. Por eso creés que todo esto que nos rodea, lo que nos alimenta, lo que nos prohibe respirar, lo que nos quieren instalar, todo esto que nos hace intentar sobrevivir y no nos deja vivir, está podrido. Está podrido por donde se lo mire, por donde se lo sienta. Porque ni eso, ni sentir se puede. Quieren que no sientas. Andá, andá y mercantilizá tu alma, tus manos, tu magia. Andá y ponele precio a la belleza, al amor. Ponele precio al aire. Al agua….

O no le pongas precio… pero acordate, te van a perseguir, te van a mirar, te van a callar, te van a hacer creer que lo que ellos apenas te dan es lo que te permite ser… Te van a odiar, te van a escupir, te van a hacer sangrar… y vos, vos hermoso ahí, vos hermosa ahí resistí. Con el alma en las manos. Con el amor en la piel. Con el respeto a la enfermedad ajena. Vos ahí resistí para que nadie, nunca más, intente dominarte.

24/3 Ciclo Arte VOL.2 - Uno

Salir, caminar, mirar, cruzarse. Los hombres lloran, las mujeres lloran, el amor que existió se está peleando, se está destruyendo. El llanto se convirtió en llanto, dolor, dolor exteriorizado, alcoholizado, drogado, liberado. El dolor y el llanto como grito, como un peso que se cae, que se libera del cuerpo, que vuela, que se vomita a través de los gritos y las convulsiones en el medio de la calle.
Salir, caminar, mirar, observar. El mundo está ido, destruido, especialmente dolido, el mundo está dolido, a punto de explotar para volver a nacer. Morir por medio del asco, la separación, morir por medio del miedo. Morir por culpa del miedo. De darse entender, de animarse. Morir por culpa de no animarse a ver, a creer, a sentir que somos todos parte de lo mismo. Personalidades diferentes, en situaciones diferentes pero en el mismo mundo.
El mundo está muriendo y no nos damos cuenta que lo que conocemos como casa desaparecerá, estamos destruyendo nuestro hogar, nuestra protección, el regazo del alma cuando no se puede aguantar más. Eso, el regazo del alma cuando no se puede más, estamos destruyéndolo. Y también cuando sonreímos y saltamos del amor, saltamos sobre nuestra casa que momento a momento estamos destruyendo.
El mundo se está muriendo y no te das cuenta que vos sos como yo y que yo soy como vos. Lo que por miedo no queremos entender es que juguemos de la forma que juguemos, no hay vencedor ni perdedor, no hay rivalidad, hay diversión, disfrutar, brillar. O apagarse, deslumbrarse, pero siempre con algo de amor. Con ese amor que nos hace continuar.
Mirar, observar, tiene el llanto atragantado, el nudo del llanto lo asfixia, está paralizado y por momentos se escapa de sí mismo, y libera, libera un poco, libera el alma, libera su vida, libera sus intenciones de vivir, diariamente, constantemente, pelea por vivir. Y el mundo está enfermo, y nadie se victimiza, hay momentos en que el mundo te abuchea. Y no es culpa del mundo, es culpa de nosotros que nos creemos autorizados para hacer mundo, ser dueños, apropiarnos de otras vidas, no preguntar, no mirar, no sentir y no responder por y con el otro, responder por vos por tus intenciones de vos sobre el otro. Siempre tu vida, tu cabeza, tu ciencia antes que el sentir del otro. Todos tenemos nuestro viaje, nuestro mambo, nadie puede decirnos nada. Pero cuidado, cuidado cuando esos mambos son influenciados por todo este sistema de desamor constante, este sistema de leyes que destruye nuestra casa. Y si destruye nuestra casa, destruye nuestra alma.
Del otro lado ya practicaron bastante para hacernos creer que nuestros mambos son problemas propios y de nadie mas. Mirá, lo hacen muy bien. Personas con culpa, personas sin ganas, personas aterradas, con miedo, terapias por aquí, terapias por allá, drogas que liberan, pero que en realidad te hacen más dependiente, porque si ellas no están, te cuesta el triple liberar. Y es un sistema maldito que te come la cabeza, años de historia a prueba y error, para esto, para mirarnos y realmente darnos cuenta, sin demagogia, que estamos muriendo, separados, aislados. Por necesidad de recursos, por necesidad de afectos, por necesidad de necesidad, por necesidad y necesidad y necesidad.
Nos hicieron creer que la culpa es nuestra, que el mundo está podrido mi propio accionar. Obvio que lo está, pero vos, él o ustedes no pueden hacerse los boludos, lavarse las manos, el mundo también está podrido por ustedes. Por cada segundo que dudamos, que nos paralizamos. Por cada segundo que día a día nos tiramos encima todos los problemas propios que no se van a poder resolver nunca satisfactoriamente dentro de este mundo que estamos creando (o destruyendo). Eso, todo esto, la competencia, el rencor, el figurar, el diferenciarse para sentirse mejor, el aprovecharse, el pensar en uno mismo, todo, todo esto lleno de desilusión, de no amor, todo esto está pudriendo al mundo.
Esperá, ¿no olés? ¿No olés mierda? ¿No olés la mierda que nos contaminaron cuando llegamos acá? Y si llegamos con todo el amor del mundo para brindar, por qué nos devuelven con instauraciones de temores constantes. Por qué cuando abrimos los ojos en realidad muy pocas cosas son como nos hicieron creer que eran, por qué si venimos a brindar amor, no lo estamos haciendo ahora mismo? Y si lo estamos haciendo, ¿por qué el mundo está podrido?
Será que el concepto de amor que tenemos es diferente… pero, pará, ¿qué concepto? Cómo podemos amar diferente, si vos, yo y todos nosotros somos iguales. Sí, las vidas, el tacto, los mambos, sí, amamos diferente… ok… ¿y por qué? ¿Al y al cabo el amor no es sonrisa? Y siempre, siempre la sonrisa es única e igual para todos. La sonrisa es esa que hace brillar los ojos, que hace brillar el alma. Esa sonrisa que es fuego puro, fuego puro de amor.
Pero nos olvidamos, o nos enteramos que nos cuesta muchísimo sonreír todo el tiempo, porque salimos y algo nos bombardea. Sí, yo estoy con una fisura, y paro, siento el aire distinto, la gente a contramano. Chocan. Odian. Se enfurecen. Lloran de dolor.

El mundo, los mambos, ver, mirar, callar, sentir. Amar. Brillar. Sí, el mundo está podrido, la gente desenamorada. Y nos hacen creer que todo esto es culpa nuestra y de nadie más…

18.3.12

Nunca me hablaste de los sueños, ni del presente, ni de vos, ni de la ropa interior de colores raros. Nunca me hablaste con los párpados a punto de cerrarse.
No caminamos a la par, más que un par de cuadras. Y nada. Nada de amor sin miedos. Sí, amor sincero, de segundos, de instantes. Duradero. Pero no amor sin miedos.
Las fábulas, los sueños, la esperanza de seguir creyendo que alguna vez vamos a dejar de creer por falta de necesidad de creer lo que seguimos creyendo. Y por qué dejaríamos de creerlo. Porque es verdad, y no hace falta seguir creyendo. Lo real no se cree, se vive.
Pero hay momentos que dejamos de creer aunque no haya sucedido. No sea real.
Como esa forma de vernos en el otro, sobre el otro, sexo opuesto, dependiendo los gustos, sexo opuesto. Mujer de pelo largo, corto, atado, rapado. No sé. A veces rapado. A veces largo. Los rulos, rulos de infinita sabiduría. Rulos para contar. Corto para que no se enreden los dedos.
No saber.
No saber.
Estar distraído de la primera creencia. Dónde, cómo, quién.
Quién.
Me sé tu nombre de todas las formas, tu nombre tiene más vocales que consonantes. O la misma cantidad. O menos. Es muy largo tu nombre, a veces tan corto que no hace falta acortarlo. Eso. Depende del día. De las ganas.

Escuchemos JST. No. No escuches Jaime. Escucha Lisandro, amalo.
No. No lo ames, pero respeta mi amor por él. O no, decime que es muy cursi. Que es aburrido. No, no me digas nada.
No. No sé.

Las fábulas, los sueños. No quiero creer más. Desestructurame toda realidad. Sonriamos.
Y una pollera a punto de romperse, se descose, se muerde. En el medio de la calle, tapar los gritos, cerrar la boca,
Miedo.

Y me balanceo sobre vos, te muerdo las tetas, agarro fuerte tus brazos, no podés moverte.
Miedo.

Te cansás de gritar, acaricio tu cuerpo, tus lágrimas ya no corren, te amo despacio, te amo lento,
Miedo.
las completas posibilidades de llegar y tener
un cuerpo vacío
a punto de estallar
morir, explotar.

si fueran dos, bueno, explotemos.
no.
uno. Acá
uno solo.


uno solo, para qué

tal vez para después ver
como se desparrama el silencio del cuerpo estallado.

como la carne
flota,
nada,
se acuesta,
no vive,

y eso,


cada segundo que entramos solos
y la almohada está ahí
sonriéndote
acostumbrada

y vos
con ganas de pegarle un tiro
a tu almohada
o a tu propio ser

aunque no hace falta
porque explota

y en silencio
muere,
se duerme.

7.3.12

Y llegar y sanar y perder y estar y perder y creer y perder y vencer y querer. Y querer. Y querer.

Rondar, saltar la soga, desatarte, desarmarse, desalmarse, mirarse, ver, ver que no hay nada y que hay todo, que no hay nada pero hay todo, que hay todo y no hay nada, nada, de nada, de nada. Y todo, mentira. La nada, mentira. El todo. Mentira todo, todo esto, creer, creer, el impulso de creer, esperanzar el vacío como algo más. Como todo lo demás. Importante. Esencial es la nada, pero acá hay, y si hay aire es porque hay algo. Si hay algo ya no hay lo nada. Entonces, dale, respira. Respira, mirá, abrí los ojos. Mirá, respirá, llorá pero seguí respirando. Mirá, mirá lo poco que significan los conceptos, nada sirve, nada real, amenazas falsas del ego, todo, todo mentira, hombres vierten las manos. Dale., no hay realidad. Respirá, es lo único que te hace real. Sentir.
gira los parpados,
increíble destreza
que solo hace por las tardes
a las cuatro,
y a veces a las cuatro y diez.
ya no se agolpan a verlo,
ya lo conocen,
ya todos cierran los ojos desde
minutos antes de las cuatro,
o dos, tres segundos antes.

4.3.12

Y que vengas así, inmune al paso de las horas, tan sonriente o más. Mirá qué lindo te queda ese vestido. El mismo que usaste la penúltima vez que nos vimos a solas, inventando el destino. Pero ahora, ahora te queda mejor, tan radiante, como dice uno cuando se vuelve muy pelotudo.
Y eso, que vengas así, inmune a la distancia, como si nada te afectara. Si realmente es así, yo me pregunto y no te lo pregunto, para qué volvés, para qué aparecés. Al pedo, al cuete, duele. Duele verte ahí, así, ya no más acá, duele verte enarbolando tu sonrisa, el concepto de saber cómo estoy, qué mentira más grande. Estoy como el orto, porque no estás acá conmigo, pero obvio, está todo bien, felices los niños, felices mis yos, feliz cada hora que pasa y nos alejamos del ayer. Del momento eterno, de las caricias imborrables. Feliz cada día que puedo despertar sin soñarte, de sueños que me carcomen la cabeza, de sueños que en su momento, en su tonto momento, eran la nada misma comparado a la hermosa, debería ir entre comillas, para no quedar tan ñoño, realidad. Así, eterno yo y vos. Eternos los dos. O eso, o eso quise creer. Estoy como el orto, sabés. No vuelvas a aparecer si venís con esas intenciones de bondad y buena onda con el mundo. Porque a mi no me llena eso, no me alcanza, no lo busco, no soy mundo.
Y que vengas así, tan sonriente, la pucha, qué hermosa.