30.8.11

tu cara envuelta en desenlace.
hay coraje en tu espalda
y en mis manos armonía,

O viceversa, y al revés

hay armonía en tu espalda
y en mis manos coraje
acariciarte, desnudarme

Esto de no saber quiénes somos
Y confundirse constantemente.

Sí.

empezar a recorrer tu voz
con todo lo que me sobra
de ilusión, constante emoción

descreídos del tiempo
sufrimos tatuajes a oscuras,
cada tres años te dibujas
cada tres años te reinventas.

se eriza el mundo y el reloj titila,
no hay agua caliente, somos dos torpes
intentando prender un termotanque,
aunque todavía no sabemos si es calefón.

los años,
maravillosos los besos
las camas sin frío
el mundo respira en nosotros.

22.8.11

Nuestra obstinada misión de salvar al otro. Basta de querer salvar al mundo, si nosotros mismos estamos destruyéndonos.

Cómo caer en la falsa ilusión de creer que el mundo es perfecto y que todo está bien, que puedo mostrarte un mundo magnífico, si yo realmente no lo veo así. Cómo creer que puedo llenarte el mundo de colores, si acá sólo hay una especie de daltonismo sentimental, constante bipolaridad. Constantes segundos inestables, subibajas de madera vieja, deshecha y sin pintar. Árboles que dejaron de respirar.

Tantos meses, quinientos mil meses creyendo que me puedo salvar con vos, y es tan claro y obvio y probable que voy a seguir creyéndolo, esquivando el verdadero sentir, esquivando las no mentiras, con falsas ilusiones de creer que esos hermosos estallidos de paz van a ser por siempre así, de la nada, sin construcciones de materiales destruibles o descartables, lo mismo da. Un chasquido, y todo hermoso. Sin conocernos. Qué lindo es no conocernos del todo. Qué feo es conocernos del todo. Y tal vez algún día llegará el momento en el que sea lindo conocernos del todo.

No tengamos la creencia de creer que estamos para salvar al mundo, si nosotros mismos no nos estamos salvando. El mártir sin sentir. Decirlo más fácil no puedo.

Desnudarnos y llenar todas las áreas de los mundos que veamos, que queramos vivir, que inventemos vivir, que negemos vivir. Desnudarnos para llenarnos de luz, plena luz del día, plena luz de invierno en todas esas madrugadas perfectas de besos con olor a sueño, olor a vino, y mucho olor a nosotros dos. No vamos a salvar al mundo si sólo estamos pendientes de salvar al otro. La gratificante satisfacción de hacerle bien a alguien tiene que estar acompañada por la gratificante satisfacción de hacernos bien a nosotros mismos. No abandonarnos desnudos en medio del mar si no vamos a creer que podemos nadar. Un poco más reales con nuestros límites, hasta alcanzarlos y de ahí romperlos, abarcar todos los mundos desnudos vos y yo, ponele la coma donde quieras.

Nada de anteponernos, de anteponerte vos en mí, de anteponerme yo en vos. Nada de creer que somos más importantes que el resto del mundo, porque después en los partidos solidarios vs. el resto del mundo terminamos perdiendo por goleada. Y tu hermosa sonrisa acá, alegrando el despertar. Sí, pero si hoy no me sirve, si hoy no me lleva a donde quiero ir, no quiero faltarte ni faltarme el respeto. Vos tampoco lo hagas. Hacete bien a vos para hacerle bien a los demás mientras sobrevivís sin sufrir el recorrido del aire a lo largo de tu cuerpo.

Si yo me acerco a vos es porque quiero acercarme a los dos. Si yo te ayudo a vos, es porque quiero que nos ayudemos los dos. Es una cuestión de sentir el correr real de las caricias. Si yo me acerco a vos, es porque me estoy acercando a mí. Si yo me acerco a mí, me estoy acercando a vos. Y así vos, la misma forma, el mismo pensamiento, el mismo sentir. Creo, hoy, debería, ser, así.

Entonces,

No pienses que salvando al mundo te estás salvando a vos, si realmente no lo sentís así. Sentí la paz en vos, el alivio en tu cuerpo, en tu alma. Como se dice ñoñamente, sentilo en el corazón.

Mientras nos sigamos pisoteando a nosotros mismos, mientras sigamos meándonos sobre nuestras propias piernas, mientras sigamos esquivándonos y no aceptemos ni agradezcamos ni evolucionemos con lo que vinimos, el mundo que queramos habitar no va a dejar de ser una constante utopía de almohada y de manual.

13.8.11

Ya pasaron no sé cuántos meses y todavía no tuvimos la agradable oportunidad de viajar juntos al mar mediterráneo. Ni de compartir madrugadas en un fin del mundo. Todavía nuestras sombras no declaran la independencia de nuestros cuerpos para ir a suicidarse sonrientes de la mano y trotando al acantilado más peligroso de la isla.
No llevo la cuenta de las veces que prometimos dejar de recordar el sueño en el que al primer segundo donde nuestros cuerpos se rozan, el mundo explota en mil colores, conocidos y desconocidos, el mundo explota en mil colores de todos los sabores.
Desde cuándo prometo que antes de ganarme el infierno voy a descuartizar tus caricias, desordenarlas en la mesita de luz y de vez en cuando, en medio de tormentas como las de ayer, de pleno día oscureciéndose, refugiarme con ellas.
Apagar la luz, que se duerma el mundo un rato. Paz. Sencilla armonía del amor universal.

Que esa risa te haga cosquillas en la panza, en el alma, en todo el cuerpo y en toda la galaxia. Que no sólo te rías por diversión o por cansancio. Que no tengas muchas ganas de bajar al planeta tierra, que necesitemos el mismo cielo para purificar los días.

Algún día.

12.8.11

Es como quedarte dormido y llegar tarde. Así, asi, lo que pasa siempre, lo que pasa todos los días que tenés que despertarte a un horario porque en la agenda anotaste, compromiso. Y ves la hora, y en vez de disfrutar el sueño hermoso que tuviste, te apurás, te pones las medias más feas del mundo, y salís, con lagañas, al mundo.
Así nos sentimos.
Con las medias más feas del mundo. Y no hablar del boxer, del slip (cada cual tiene su gusto) que no sea demasiado viejo, “el de la suerte” tal vez. Pero si nunca trajo suerte, de qué suerte estamos hablando? No importa, la cabala siempre está. Para qué?
No te vayas te grito. No,no te lo grito. Total en otra vida nos vamos a volver a ver. Miro el reloj, mierda, mierda. Me apuro, para qué, para apurarme ahora, mi mente está completamente revolucionada, las manos también, mirá, mirá como teclean, así, esto, mierda,y podría seguir. Me apuro para decirte que, nada, en otra vida nos cruzaremos, en otra vida y seremos eternos, por esa vida, aunque en el inconsciente del alma seremos por siempre. Como lo estamos siendo ahora, pero no nos damos cuenta.
Nunca nos damos cuenta,
Para qué apresurarnos, si llegamos tarde, transpiramos, se me moja toda la camisa, y me pongo de mal humor. Te pido perdón, te reís, te divertís, pero en realidad preferís que no esté así. Que no esté transpirado. El sedentarismo, perdón.
Te fuiste, no todavía no.
Hola.

10.8.11

Responder la violencia con más violencia. Pero no contra el verdadero vértice de oscuridad, si no contra vos. Vos contra mí. Yo contra vos. Y así va a pasar la historia, una pelea aburrida que nos va a enfrentar. Aburre eso. Aburre porque no vamos a llegar a ningún lado. Aburre tanto pelear ciegamente. Vos vas a enmarcar la estampita en tu pared o la vas a llevar en la billetera. Vas a seguir creyendo en el estúpido cuento de las líneas punteadas, y de los colores. De simbologías baratas. Por qué compartir una tierra y una identidad instalada, creada, instaurada, manoseada, con alguien que está a mil kilómetros de distancia, y no con el que está a dos mil. Si al final, usamos el mismo cuerpo.
Responder la violencia con más violencia. Pero siempre contra vos. Te vomito, me vomitas. Hay que ensuciarse los pies, porque para hacer las cosas bien, hay que ensuciarse los pies en terrenos donde hay que tranzar, dibujar, mentir, aprovechar… en el mundo en el que hoy vivimos… empiezan las palabras berretas, te voy a llenar de sensacionalismo barato. Vender ilusiones al mejor postor… en el mundo que hoy vivimos… ¿qué mundo? Simple. Lapidaria pregunta. ¿No?.
¿La película no nos había enseñado que el alma tiene un peso específico? Está en vos creer eso o no. De la misma forma que está en vos creer que el alma tiene un precio específico. Un signo adelante y unos numeritos atrás. Que tus manos sirven para llegar a fin de mes, y no para acariciar el viento o para rascarte la cabeza sonriente.
La solidaridad no debería existir, la caridad debería ser con el más hijo de puta, con los enfermos de pera y de mirada poseída. Debería ser global, ¿qué es eso de tener que llevar el código de barra de forma permanente? Si vos en realidad NO me conocés, ¿por qué pensás que mi nombre es mi verdadero yo?
Generar violencia, entre nosotros. Te robo lo que es mío. Y qué carajo es mío, y qué carajo es tuyo. Si ni yo soy mío, como voy a ser tuyo. Si ni vos sos tuyo, cómo vas a ser mío. Te miro, te intimido, te digo que el mundo se va a caer a pedazos. Llenate de provisiones, van a venir seres violetas de otras galaxias con cuarenta y ocho manos a atacarnos y va a explotar la tierra… pará.. ¿eso no está pasando ahora mismo con gente como vos y como yo?.
Hay un delfín que nos llama, hay un árbol que nos deja vivir, ¿por qué vos me vas a impedir sentir?
Hoy no soy yo, hoy no soy nadie, hoy no sé qué soy y no me importa no saberlo.


Vos, ¿sabés quién poronga sos?
Me pregunta dónde queda tal dirección. No reacciono, obvio que no reacciono. Me mira indignada porque no respondo, o con miedo porque no le digo nada. O ansiosa porque esperó toda su vida escuchar mi voz y yo me estoy quedando callado, y no le puedo responder. No me sale decirle nada. Hola, estás ahí, me pregunta ella, moviendo su mano por delante de mis ojos. No, no me lo preguntó. Sólo lo imagino, porque quiero reírme con ella hasta que las direcciones desaparezcan del mundo y no se sienta más perdida. Pero no hace ni un gesto, se queda ahí. No sé, le respondo que no sé. Tanta preparación mental al pedo.

No sé, creo que es por, a ver, dejame pensar. No, muchas palabras, Dejame pensar. Sí, eso sí. Y me agradece mientras su taco no golpea impacientemente la acera, definitivamente nunca pasa como en las películas. No sé dónde queda, pero para allá está mi casa. Si querés me podés acompañar, así conocés mi almohada, si querés, si tenés ganas, acostate sobre ella, y dejale pequeñas sombras de tu perfume. Después te vas, prometo soñarte así de linda. Todas las noches, o hasta que me aburra. No, mejor no te vayas. Quedate, cojamos con jota o con ge, hasta que por alguna razón mágica aparezca la dirección que buscabas en la puerta de mi cama. O algo así. Pero ayer había dicho que no quería todo eso. Ayer había dicho que no me interesaba. Bueno, mentí. No, no mentí, ahora estoy mintiendo. Si, miento, porque eso no pasó.

Dejame pensar. Y tus piernas parecen interminables, cómo nadie se detiene a aplaudirlas en el medio de la calle, me pregunto, mientras busco en la guia t mental el camino más largo para enseñártelo y explicarte cómo llegar por el camino más largo a esa dirección a la que vas, y claro, te pregunto si querés que te acompañe. Y me decís con esa sonrisa que me vuelve boludo hasta la humillación, me decís que sí. Y te acompaño por el camino más largo, mientras hablamos de la casa donde nos vamos a mudar, y del viaje por el mundo que vamos a hacer, empezando ahora mismo por Carapachay.

Pero tampoco.

Dejame pensar. Y te digo, son tres cuadras para allá, al mil quinientos. Y me sonreís con esa sonrisa que haría que el Maracaná lleno empiece a llorar de la alegría, en esos rotundos cambios de sintonía de la vida, donde empezamos a llorar mientras reímos hasta que nos hacemos pis encima. O casi. Porque somos grandes para andar meándonos por ahí. Me sonreís con tu sonrisa habitual de agradecerle a todo el mundo, porque es obvio que cuando te traen el café con tres medialunas lo agradecés así, con esa misma sonrisa que le estabas agradeciendo a la vida por haberte cruzado conmigo. Estoy jodiendo, lo sé. Pero yo sí le agradecí a jebús porque apareciste ahí, tan endeble a mis miradas de miedo, de pajero, de amor, y de desilusión. Sí, todo eso en tres minutos. O menos, viste como es esto de exagerar todo. Tal vez fue un minuto. O tal vez nunca me preguntaste por ninguna dirección y yo me quedé colgado desde, con, entre, por, tus piernas.


Perdón, ahí volví, había dejado de escribir, porque me paré y aplaudí tus piernas, y recordé, y seguí parado aplaudiendo y riendo por la sonrisa más hermosa que caminó en esta comuna, que no recuerdo qué número es.

9.8.11

que a veces las cosas son "asi" (chasquido)

Prometo que voy a encontrar una forma para no eyacular tan rápido. Vos me decís que no, pero se te nota en la cara, especialmente en el cuerpo. Se nos nota en el cuerpo que es mentira lo de pasar toda la vida practicando, mejorando, buscando esa perfección sexual que se aleja tras un horizonte. Boludés. Realidad. Qué ñoños podemos llegar a ser. Pero qué más dá. Ponéle tílde dónde nó háy. Qué lindo eso de no alcanzar nunca el más allá, y así prometermos nunca cansarnos. Vamos a desconocernos eternamente, vamos a creer que cuando sale el sol nuestro aliento es el sahumerio más agradable del mundo. Del mundo entero. O no. O no. O no. Por qué siempre mentirnos, por qué siempre engañarnos, ocultarnos, si vos tenés tus miserias, y yo las mías. Miserias oportunas en inesperadas reacciones coloreadas dentro de esta vorágine cartesiana. Palabras con uniones inventadas, no suenan a nada. O sí.

Basta ya!.

Vamos a decir que podemos Vamos a decir que el sexo es el mejor remedio ante las eternas dudas de la existencia de esta mortalidad. ¿Vos creés en la finitud de las almas? Yo no. Yo sí. Vos no. Vos sí. Qué importa eso. Pelotudos. Qué ñoños podemos llegar a ser. DALE! Vamos a decir que podemos. Que nos aguantamos de lunes a lunes, de martes a martes, y de doce a una. Del mediodía de la tarde. De la luna de vos y de mí. Sí, vamos a decir que. Tantas cosas decir.
O mejor callar, mejor callar, porque yo puedo estar hablándote cuatro horas seguidas, sin repetir y sin soplar, pero vos te vas a seguir cansando de que yo eyaculo rápido.


No sé si lo entendés. Yo no me puedo contener. Te la puedo seguir rimando, pero no soy un rapero, ni uso viscera ni gorra. Los pantalones me quedan anchos cuando adelgazo, a veces eso es nunca. A veces eso es siempre. Bueno, te decía y la intención es volver a decirtelo, a mi no me duele que vos te canses de todo esto. A mi no me duele que no podamos avanzar media carilla del kamasutra, no sé por qué. O sí. O sí. O sí, y no es un gemido lo que estoy diciendo. Porque vos sabés muy bien que yo me callo la mayoría del tiempo, a veces, ahí, también. Ya no sé como seguir esto.

Perdí el hilo, perdí la concentración porque ya eyaculé, no me pude contener. Otra vez te la hago rimar. Pelotudo yo. Vos no. Claro. Perdí el hilo, y me desconcentré más que nunca, porque a veces hay que dormir, los ojos lo piden. Las ojeras también. Ves. Te lo dije, tu cuerpo no miente. Se queda con las ganas de que el mundo se acabe en el próximo polvo, pero eso no va a pasar. Porque yo no tengo más ganas de cojer. Ni con jota ni con ge. O si, quién soy para mentir así. O tal vez no miento, y realmente ya no me interesa eso, en su totalidad. Dale, vení, abrazame. Dejame mirarte desnuda, tapate, no hace frío. Es pleno verano en Finlandia. No, hoy no. No tengo ganas de. Porque no quiero ver tu cara desilusionada de.

Ahora sí, dale, seamos sinceros de una vez. Digamos que.

A allá nunca vamos a llegar. No es el fin, nunca es el fin caminar mirando el punto fijo. Tampoco te digo que seas como yo, que camina mirando para abajo, y espía detalles de quien se aproxima. Y así saberme de que color era tal ropa, y vos pensás que te miento, y la verdad es que a veces la memoria fotográfica no me falla. Como cuando me viene tu cuerpo a los ojos, cuando no estás, y viene tu cuerpo a mis ojos. Si leo todo esto me ahogo en asquerosidad, aunque esa no es la palabra. Sexualidad tampoco, porque vos te cansás. Ves.

Otra vez, eyaculé. Esta vez desde el alma. Te abracé. No te diste cuenta. Qué lastima amor. No me pude contener. A veces soy así, lo sabés. A veces busco la forma más difícil de decir que tengo ganas de. ¿Te abracé?.


3.8.11

y que me vengas a dibujar una luna en el hombro derecho,
Quién te dio permiso para hamacarte desde tan temprano
si los sonidos del mar todavía están lejos de tu barrio,

Oscuro y siniestro causa y causas del miedo que no te deja dormir,
No hay un gramo de seguridad si en cada paso bastardean tu amor,
El amor que no encontrás en ninguna violenta caricia,
El amor que negas en cada mirada simulada.

Juega y hazte el valor de creer
Que mañana nos vamos a mirar,
sentir desnudos cada tela que nos cuidan
aunque las luces del mundo se ahoguen sin perdonar.

llora todo lo que tengas que llorar,
no hay nada que no esté de más,
llegará el momento en el que decidas
aceptar, seguir y andar

te vas a encontrar.