4.3.18

despedir a los glaciares




"Y cuando el momento llegue, honremos nuestras heridas
celebremos la belleza que se aleja hacia otras vidas
y aunque la pena nos hiera, que no nos desampare
y que encontremos la manera de despedir a los glaciares".


Cómo no querer ser un peso, no molestar. La culpa hasta en el momento en el que menos la necesitás.

*

Desamor que amenaza con permanecer. Desamor que amenaza con impregnarse en el alma y ese vacío de miradas tristes que me persiguen hasta con los anteojos puestos. Estar oscuro, la sábana no deja ver la luz, estar a oscuras, desenamorado de todo. Intentar, sin saber cómo hacerlo ya, de todas las formas posibles. Intentar, llamar, gritar. Intentar hasta cansarse de intentar. Cansarse e intentar. Intentar por estar cansado de cansarse. Hasta que en algún momento, cuando ya ni quedan rastros de luz, llega una caricia que te salva, una caricia en forma de gesto. Y ese desamor se empieza a ir, se disuelve a pesar de las creencias que van permutando en el cuerpo a lo largo de los años, desamor que se vuelve a llenar de este amor, de palabras, gestos, abrazos invencibles, sentirse acompañado, y agradecer. Agradecer porque están, siempre están, de la forma que pueden, están. Y eso se agradece hoy, hace una semana y siempre.

*

Hay un montón de detalles y un solo gesto para explicar 30 años juntos. Un gesto que se desborda de mi cuerpo, de mis brazos que sostienen sus últimos suspiros. E intentar explicar que no hay un juego de palabras, ni nada imaginario, ni abstracciones, ni metáforas, ni intentos de literatura. Decir, gritar, en silencio, decir esto que se escapa de mi cuerpo, de aguantar, de aguantar hasta no aguantar, de aguantar con un hilo de luz, de vida, de resistir como todos estos años. De resistir y esperar, en silencio, sin poder hablar. Sin que lo entiendan. Sin aire. Quién sabe con qué fuerza, esa fuerza que siempre quise que me contagiara. Y ese gesto de esperar al abrazo, al sostenerlo, al pararlo. Ese gesto habla de él. Hasta en el último suspiro sus gestos hablan de él. Y mi cuerpo se desborda, mis brazos no resisten, me enojo, la impotencia se traduce en bronca, en enojo, y dónde está toda esa paz de la que tanto hablan. Y mis ojos no se desbordan, lo miran, mientras se escucha un grito.Y lo sigo mirando, y no sé muy bien cómo se reacciona en estos momentos. Le quiero dar mil besos, mil caricias, le quiero devolver todos los gestos que me dio todo este tiempo y que se coronan en este último gesto. No sé cómo mierda se puede honrar tanta lucha, no sé cómo mierda puedo llegar a ser una porcioncita de lo que fue. No sé si alguna vez tendré la valentía con la que caminó, con la que resistió tanto tiempo.

*

“Y es eso de no caer, de no sé si caí, si todo esto que está atorándose podrá salir, si podré salir sin culpa, si podré decir y aceptar, y llorar sin sentir que estoy siendo una carga para alguien que no sabe qué escucha y no sabe qué decir”. Y tampoco sé qué decirme, no lo sé.

Y ahora entiendo su silencio, tantos silencios, tanto bruxismo de alma, tanto morderse la lengua, agachar la cabeza, caminar y empujar.

*

Eso de agradecer.

*

Si no te sale nada, si no te salen las palabras, si no te sale descargarte, si estás atorado, si estás desalmado, si estás haciendo cuentas perdido en facturas, si estás entendiendo que nada es tan oscuro como lo imaginaste, si estás cuando creías que no ibas a estar, si estás, si hay una voz que te carcome el cuerpo, que te desgarra el pecho, que te estruje las vísceras, si hay una voz que está silenciada, si estás con una inminente amenaza de desborde, no te preocupes. No te preocupes si ahora no podés decir, hablar, gritar, escribir. No te preocupes. Todo lo que queda de vida vas a escribir sobre ese gesto, y vas a entender el romanticismo heróico que te va a acompañar el resto de los días.

*

Y él se bancó todas hasta el último segundo. Esperó, sin ver el reloj, esperó. Y esperó que me despertara.Y esperó que lo levantara. Esperó que lo sostuviera en mis brazos como él hizo tantos años. Esperó ese momento para dar sus últimos suspiros.

*

“¿Esa es su alma, la que sale de su boca, en esos suspiros, la que llega a mi cara, la que me abraza, la que se despide diciendo que va a estar siempre cerca mío?"

*

“¿Y esa es su alma, la que sale de su boca, en esos suspiros, que me dice que no llore, que todo va a estar bien, que me acaricia, que sale de su boca y me acaricia, que sale de su boca en suspiros, que sale de su boca y me abraza y me ama y me dice que todo va a estar bien mientras lo siga abrazando como estoy haciendo ahora mismo en el momento en el que su alma ya dejó su cuerpo?”

*

Me respira en la cara, se despide en mi cara, muere en mi cara.

*

Y lo sostengo hasta que me duele el cuerpo, hasta que se me escapa de las manos, hasta que no me dan más los brazos ni las piernas. Y lo abrazo hasta apoyarlo en la cama, esperando a verlo sonreír, contarle un chiste, hablarle de Huracán, hablar de las perras, y acostarme a su lado para ver una película, y sentir por un ratito largo que es eterno, que es esta eternidad.

*

Y, sí.

*

Por un ratito.
Por estas palabras.
Por estos suspiros.
Por quiénes lo rodeamos.
Por lo que amó.

*

Sí.

*

Es eterno.