tenemos miedo de estar acompañados.
somos este miedo abrazados en nuestra inseguridad, en le
desgano, en el desprecio por nosotros mismos, dejame en mi autodestrucción
solo, no vengas, no te acerques.
si una persona nos quiere así de rotos, por qué tendemos
al rechazo, a alejarla, a escupirle cada palabra y llenarla de peros. vamos a
hacerle la vida imposible, el autoboicot ahora es un mundo de a dos hasta que
deje de ser solo mio. ponele que lo hacemos por culpa.
un mundo de dos.
un ratito, porque ese mundo nunca será de a dos. porque
no quiero que tu mundo sea como el mío, te merecés algo mejor, no esta
degradación de sentidos, la falta de tacto y de ganas.
como el estallido es inminente, todo el tiempo
a quien se anime a acompañarme,
voy a alejar
para que no sea alcanzada por estas esquirlas.
ese terror de que no queremos ser acompañados,
algo de altruismo
algo de egoísmo
algo de empatía.
el estallido es inminente.
el estallido ya se produjo.
el estallido es todos los días, antes de dormir, antes de
despertar
esperando un colectivo, queriendo tener la inteligencia
necesaria para inventar una capa invisible.
tenemos terror a dejarnos acompañar.
si no puedo con mi vida, cómo puedo hacerme cargo de vos.
entonces, cómo hago para hacerme cargo de lo que te pasa
a vos conmigo.
pero yo no quiero que te hagas cargo de nada, es mambo
mío.
igual, me lo cargás todo el tiempo. y a mí me da miedo, me da miedo y genera culpa que
te pasen cosas conmigo.
pero si sos tan egoísta para pensar eso, pensá que yo
también quiero ser egoísta para sentir esto de que me pasen cosas con vos.
pero siento angustia porque estás esperando algo que yo
no te puedo dar.
yo no espero nada de vos. bah, sí. espero lo mismo que
espero de mí. poder, aguantar, avanzar.
pero no puedo ni con mi vida, cómo voy a poder con esto
que nos pasa.
porque yo tampoco puedo con mi vida y quiero creer que
voy a poder con esto que nos pasa.
pero es mentira eso.
obvio que lo es. pero en el intento, sonrío.
mentira, en el intento te enojás.
no me enojo, es impotencia.
es lo mismo, te enojás conmigo.
no me enojo con vos, me enojo con los dos.
es una estupidez lo que decís.
lo sé.
¿y entonces?
me enojo porque sé que en algo, un poco, podemos.
¿qué podemos?
salvarnos… no, salvarnos no, eso no existe, ya estamos
condenados hace tiempo, pero acompañarnos, hacer más leve esta pena.
sos un pelotudo.
sí, pero más pelotudo soy si no estás conmigo.
no digas eso.
perdón, es que si vos sos egoísta, yo quiero serlo un
rato.
no soy egoísta.
sí, lo sos.
¿por qué?
porque me estás alejando.
pero vos mismo decís que te querés ir.
sí, me quiero ir pero me quiero quedar.
ves que sos un pelotudo, no estoy para esto.
yo tampoco, por eso me quiero quedar.
no, si ya dijiste que te querías ir.
sí, pero ya me explicaste que te pasaba.
¿y?
que me quiero quedar, si me dejás, para acompañarte.
yo no necesito a nadie que me acompañe y tampoco puedo
acompañar a nadie.
acompañar… es una forma de decir.
¿y qué querés decir entonces?
no sé. acompañar, mirar juntos lo que nos hace doler,
combatir los miedos.
no digas pelotudeces.
es que no me queda otra que decir pelotudeces. dejame
sentir pelotudeces. quiero creer que podemos construir algo que en realidad
sabemos que no vamos a construir.
¿y entonces para qué querés construir algo si sabés que
no lo vamos a construir?
porque lo que importa es que estemos juntos intentando
construir algo. no sé qué hay después, no sé cuánto puede durar, no sé si vos
te caés arriba o se me caigo con vos. pero quiero intentarlo, nos merecemos
eso. y como nos merecemos esto, puede pasar que terminemos construyendo algo indestructible.
no nos merecemos nada.
decíselo a tus ojos cuando se miran con los míos. decime
si esas miradas no son reales. si esos abrazos no son reales.
pero no puedo con esto. no puedo con nada.
y yo tampoco puedo, no puedo con nada. y entiendo la
sofocación, y entiendo el no poder respirar, y entiendo la distancia y entiendo
el desaparecer. pero entendé que te extraño y que puedo decírtelo sin que eso
signifique que tenés que venir corriendo a mí. obvio, sí, significa eso, porque amaría que pase eso, si no,
no lo diría. pero no pasa por ahí, porque no venís corriendo y no me muero desangrado. pasa por el hecho de demostrarte que necesito
eso que me das y que no sabés que podés dar.
¿qué te doy?
sonrisa. música. abrazos.
no digas boludeces.
no lo son. es lo más real que me pasó en el último tiempo
y no tengo ganas de perderlo porque no nos animamos a poder.
no es que no me animo, no puedo conmigo, no me sale,
estoy cansada.
ya lo sé, por eso no quiero sofocarte, por eso me alejo
cuando te alejás, hasta que estallan mis ganas de vos y querer volver a tener
una sonrisa genuina en el alma. ¿a vos no te pasa lo mismo?
no sé. sí.
¿y entonces?
entonces nada, no puedo. no me sale. no tengo ganas
hagamos una cosa. dejame ir a molestarte un rato, un
abrazo, te dejo que me putees. después me voy. no tengo ganas de ir a ningún lado, nunca, pero a vos
si quiero ir. porque siento que esto es real, un momento, un tiempo, no sé
cuánto, esto es eternidad.
perdón, no te presiono más, vos avísame, yo voy a estar
acá esperando de alguna forma eso de que me dejes acompañarte. porque, si me
dejás acompañarte, vos también me acompañás. y es una forma de hacernos bien.
es una estupidez eso. no te puedo salvar, no me podés
salvar.
yo no te quiero salvar, eso va a salir de vos. no quiero que
me salves, eso va a salir de mí. pero quiero que estemos acompañándonos
mientras nos salvamos. o quiero que estemos acompañándonos mientras decidimos no salvarnos.
///
la inmortalidad que me dan tus besos, despertarme y mirar
tu espalda.
cogernos y ser invencibles.
no entiendo la gente que anda perdiendo tiempo en abrazos
desgastados, oliendo a putrefacción, cuando el abrazo verdadero, el beso
verdadero es ese que te genera mil preguntas, y te hace sonreír. estamos
brillando en medio de este abrazo.
somos el miedo que le tenemos a dejarnos acompañar.
lo que nos cuesta dejarnos acompañar, creyendo que todo
tiene que ser en soledad.
esa soledad que se rompe, esa soledad que se quiebra cuando de la nada, en el medio
del frío
una mano agarra la tuya en la calle, e intentan
sincronizar los pasos por un ratito, aunque sean distintas piernas, distintas
alturas. agarrarse de la mano, sostenerse, acompañarse.
hacer milagros en un abrazo.
para combatir fantasmas,
para combatir esta devastación que nos produce estar con
los ojos abiertos.
combatir, codo a codo, espalda con espalda, a kilómetros de
distancia.
combatir y saber que hay un abrazo esperándote, para darte
energía para otra batalla.
un abrazo sin mensajes oculto en las palabras y que sin vueltas metafóricas nos hace sonreír.