25.3.12

24/3 Ciclo Arte VOL.2 - Uno

Salir, caminar, mirar, cruzarse. Los hombres lloran, las mujeres lloran, el amor que existió se está peleando, se está destruyendo. El llanto se convirtió en llanto, dolor, dolor exteriorizado, alcoholizado, drogado, liberado. El dolor y el llanto como grito, como un peso que se cae, que se libera del cuerpo, que vuela, que se vomita a través de los gritos y las convulsiones en el medio de la calle.
Salir, caminar, mirar, observar. El mundo está ido, destruido, especialmente dolido, el mundo está dolido, a punto de explotar para volver a nacer. Morir por medio del asco, la separación, morir por medio del miedo. Morir por culpa del miedo. De darse entender, de animarse. Morir por culpa de no animarse a ver, a creer, a sentir que somos todos parte de lo mismo. Personalidades diferentes, en situaciones diferentes pero en el mismo mundo.
El mundo está muriendo y no nos damos cuenta que lo que conocemos como casa desaparecerá, estamos destruyendo nuestro hogar, nuestra protección, el regazo del alma cuando no se puede aguantar más. Eso, el regazo del alma cuando no se puede más, estamos destruyéndolo. Y también cuando sonreímos y saltamos del amor, saltamos sobre nuestra casa que momento a momento estamos destruyendo.
El mundo se está muriendo y no te das cuenta que vos sos como yo y que yo soy como vos. Lo que por miedo no queremos entender es que juguemos de la forma que juguemos, no hay vencedor ni perdedor, no hay rivalidad, hay diversión, disfrutar, brillar. O apagarse, deslumbrarse, pero siempre con algo de amor. Con ese amor que nos hace continuar.
Mirar, observar, tiene el llanto atragantado, el nudo del llanto lo asfixia, está paralizado y por momentos se escapa de sí mismo, y libera, libera un poco, libera el alma, libera su vida, libera sus intenciones de vivir, diariamente, constantemente, pelea por vivir. Y el mundo está enfermo, y nadie se victimiza, hay momentos en que el mundo te abuchea. Y no es culpa del mundo, es culpa de nosotros que nos creemos autorizados para hacer mundo, ser dueños, apropiarnos de otras vidas, no preguntar, no mirar, no sentir y no responder por y con el otro, responder por vos por tus intenciones de vos sobre el otro. Siempre tu vida, tu cabeza, tu ciencia antes que el sentir del otro. Todos tenemos nuestro viaje, nuestro mambo, nadie puede decirnos nada. Pero cuidado, cuidado cuando esos mambos son influenciados por todo este sistema de desamor constante, este sistema de leyes que destruye nuestra casa. Y si destruye nuestra casa, destruye nuestra alma.
Del otro lado ya practicaron bastante para hacernos creer que nuestros mambos son problemas propios y de nadie mas. Mirá, lo hacen muy bien. Personas con culpa, personas sin ganas, personas aterradas, con miedo, terapias por aquí, terapias por allá, drogas que liberan, pero que en realidad te hacen más dependiente, porque si ellas no están, te cuesta el triple liberar. Y es un sistema maldito que te come la cabeza, años de historia a prueba y error, para esto, para mirarnos y realmente darnos cuenta, sin demagogia, que estamos muriendo, separados, aislados. Por necesidad de recursos, por necesidad de afectos, por necesidad de necesidad, por necesidad y necesidad y necesidad.
Nos hicieron creer que la culpa es nuestra, que el mundo está podrido mi propio accionar. Obvio que lo está, pero vos, él o ustedes no pueden hacerse los boludos, lavarse las manos, el mundo también está podrido por ustedes. Por cada segundo que dudamos, que nos paralizamos. Por cada segundo que día a día nos tiramos encima todos los problemas propios que no se van a poder resolver nunca satisfactoriamente dentro de este mundo que estamos creando (o destruyendo). Eso, todo esto, la competencia, el rencor, el figurar, el diferenciarse para sentirse mejor, el aprovecharse, el pensar en uno mismo, todo, todo esto lleno de desilusión, de no amor, todo esto está pudriendo al mundo.
Esperá, ¿no olés? ¿No olés mierda? ¿No olés la mierda que nos contaminaron cuando llegamos acá? Y si llegamos con todo el amor del mundo para brindar, por qué nos devuelven con instauraciones de temores constantes. Por qué cuando abrimos los ojos en realidad muy pocas cosas son como nos hicieron creer que eran, por qué si venimos a brindar amor, no lo estamos haciendo ahora mismo? Y si lo estamos haciendo, ¿por qué el mundo está podrido?
Será que el concepto de amor que tenemos es diferente… pero, pará, ¿qué concepto? Cómo podemos amar diferente, si vos, yo y todos nosotros somos iguales. Sí, las vidas, el tacto, los mambos, sí, amamos diferente… ok… ¿y por qué? ¿Al y al cabo el amor no es sonrisa? Y siempre, siempre la sonrisa es única e igual para todos. La sonrisa es esa que hace brillar los ojos, que hace brillar el alma. Esa sonrisa que es fuego puro, fuego puro de amor.
Pero nos olvidamos, o nos enteramos que nos cuesta muchísimo sonreír todo el tiempo, porque salimos y algo nos bombardea. Sí, yo estoy con una fisura, y paro, siento el aire distinto, la gente a contramano. Chocan. Odian. Se enfurecen. Lloran de dolor.

El mundo, los mambos, ver, mirar, callar, sentir. Amar. Brillar. Sí, el mundo está podrido, la gente desenamorada. Y nos hacen creer que todo esto es culpa nuestra y de nadie más…

1 comentario:

  1. "Mirar, observar, tiene el llanto atragantado, el nudo del llanto lo asfixia, está paralizado y por momentos se escapa de sí mismo, y libera, libera un poco, libera el alma, libera su vida, libera sus intenciones de vivir, diariamente, constantemente, pelea por vivir" demasiado real.

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