15.7.17

Cómo hago para decirle que me encanta. Que descreo de todo el mundo menos de lo que pueden generar sus gestos. Cómo hago, hasta cuando voy a intentar alcanzarla. Ya no sé cómo llamar tu atención. Boluda, me siento tan imbécil. Yanomeandanlaspalabrasnilabarraespaciadora.Estomismoquemeestáconstandoescribirahoracómopuedohacerparaqueloentiendasyvengascorriendoaesteabrazoquenodejadeesperarte. Y yo te entiendo, y el mundo nos entiende desentenidos en esto de que uno quiere mañana y el otro quiere nunca. Quiero hacerte un cuadro de esos parar colgar en la pared, un dibujo explicando el porqué de esto. Pero soy tan malo dibujando. Ni con palitos nos puedo hacer a los dos. Pero creo que sí me saldría trazar una linea, ese hilo que nos une a los dos, una soga que ahora invento diciendo que es bastante gruesa para que sea imposible de romper, cuando tal vez sólo llega a ser un imperceptible halo de luz. De gestos, bufandas y un invierno que pinta desolador sin un colectivo que me alcance a vos. Llego, te saludo y me voy. Me quedo hasta que vuelva a nevar, ¿te acordás cuando nevó? Que alcance todo con un par de miradas, y no importe el reloj, y no importe cuando cada uno tome su rumbo, no importa todo lo demás porque ahora mismo estamos estallando en una sonrisa tan tímida que ni nos animamos a mantenernos la mirada. Eso de intentar entender, de desprejuiciar y desprenderse de palabras que alguna vez alcanzaron lo que hoy ya no soy. Pero que quiero ser. Pero las ideas no están claras, o no tanto,  y sigo mintiendome, me digo que es una caricia, para que no abandone, para que no deje de pensar en sonrisas que combatan esas calles sin asfalto y tus llantos que desguazan mis noches cada vez que te siento a la distancia. Descreo de esto mismo, menos de ese algo que alguna vez existió, uniendo universos que no se complementan, que hasta pueden chocar, pero que juntos y lejanos se reían tan bien. Y, al final, la sinopsis de todo es que en tu idea de abrazo yo no encajo, y en mi idea de rima estúpida que no rima, yo te quiero mirar a los ojos para poder llevar tu gesto a todos lados. Una instantánea, así, de vos, sonriendo, después de tantas batallas innebitables. Me llevo tu imagen, como hace tiempo que vengo imprimiéndonos en cada esquina, en este bar, hablando hasta que nos echen, y por vergüenza no sepamos adónde ir, y comencemos a caminar entre gestos, bufandas y un invierno que dejaría de ser tan desolado.

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