19.10.12

4.


¿Qué vendés? ¿Qué imagen vendés?
¿Cómo sos? ¿Cómo decís que sos?

¿Cómo te conocemos? ¿Cómo te conocés?

Tener fundamentos para decirte que sos un estúpido, falso, “careta”. O simplemente tener fundamentos para dejar de creerte.



Hace seis años que se hablaba de lo mismo, hace trece y veintidós, también. En tres años, en doce, y en diecinueve a se va a seguir hablando de lo mismo.  Y vos, cada vez que todo se calle, vas a seguir preguntándotelo.
¿vale la pena buscar la forma de venderse?
Sos mas inteligente que yo, tenés más huevos que yo. Venderte, ser tu propio negocio. Mercantilizar tu vida, vender tu alma, tus dedos, construirte con el único objetivo de venderte. Tu cuerpo, tu vida, tus palabras. Todo hecho para vender.
¿y tus desnudos? Ya no debés sentir frío  ni calor cuando te quitas la ropa. Porque está todo vendido.
Estás pendiente para que todos compren tu vida.  Pensás que de esa forma llegas.
¿adónde llegás?
Llegar a todos, a la mayor cantidad de gente posible. Tu ego tan alto, tan pero tan algo, que necesitás masificar tu pus.
Y hacer de tu vida un producto. La necesidad de comer, o tu necesidad de cariño, de ser el centro de atención. De ser alguien en base a los demás. Pasas cada minuto de tu vida intentando dominar al mundo. Sos pinky y sos cerebro, sos un genio y sos un pelotudo.

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