10.9.12

desgracia caen los besos Pierden sentido no importan los nombres. el segundo deja de ser inmortal. se resignan los dedos a ser mudos, desbastados de nostalgia, de lo que alguna vez fue y tanto cuesta que vuelva a ser. Así se mueven, desposeídos y sin nombre, mecánicamente recorren huesos de falsa libertad. Eso de la felicidad se olvidó en una almohada. Cae las manos, caen los pies. Caigo y me hundo cada vez más en el pantano de soledad. Los gestos destruidos, creer que puede seguir sin revitalizarse. Ya no. Falta energía, fuente de vida desconectada. Acá hay algo que busco, y no es mucho. Acá hay algo, vacío, que se olvida cómo ser.

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