7.9.12


Los ríos que no vemos a punto de desbordarse. La cama ingenua espera tus manos. Mis parpados muriendo (no te preocupes, mañana vuelven a nacer) sin haberte mirado más de un año entero, de mañana a mañana, de hora en hora, de llanto en llanto. El mundo sonríe y vos allá. Sonriendo. El mundo sonríe y yo acá. Sonriendo. O, eso intentamos los dos. Creemos. Sentimos. Realmente sentimos, sonreímos. Por un rato, por un segundo, por un mundo. Y a veces pensamos que no somos nadie, pero otras veces nos sentimos llenos sin una boca que admirar. Y a veces, siempre, casi siempre, todos los días, nos falta ese algo. Un poquito más. La sábana con un único olor. Los oídos a punto de estallar de tanto ruido desparejo, sin voces que calmen los diablos. Y allá, y acá. Y tan lejos, insultar. Maldecir. De qué sirve. Para qué. Cómo. No somos algo, aunque seamos perfectos. Sin vos, sin mi. Somos. ¿Por qué si así somos, vamos a necesitar del otro para ser?  Necesito seguir siendo, antes que se me acabe la energía. Apagarme, no quiero. 

1 comentario:

  1. Allá, acá, por ahi, abajo del cielo, arriba del mundo. En el pasado, presente o futuro.

    ResponderEliminar